Rita María León López

                 "La corrupción entre funcionarios en todos los niveles del gobierno de México es endémica; todos le triscan al erario".
                                                                     Pedro Zeballos Pérez

                                 

I. UN LAMENTABLE EPISODIO de violenta agresión a machetazos en agravio de la antropóloga Rita María León López ocurrido el 17 de febrero del año que corre -hace un mes- en un sitio de salvamento arqueológico Los Cerritos en la zona urbana de Orizaba, Ver., ha tenido por secuela descorrer los velos que soslayan ciertas realidades asaz ominosas:

Una, la de la condición equivalente a modalidades sofisteras -falaces- y perversas de esclavitud de quienes viven sin más opción social que la de vender su fuerza laboral (conocimiento, experiencia, habilidad) sin protección alguna establecido por el poder político del Estado mexicano en sus tres niveles o instancias.

O otra, la indiferencia, insensibilidad, arrogancia y prejuicios de los personeros del poder político del Estado -en el caso, representados por los del Instituto Nacional de Antropología e Historia- y la inclinación por actitudes de "ellos" (trabajadores) versus "nosotros" (funcionarios) propias de un espíritu clasista de cuerpo.

Y una más, que aunada a la corrupción moral y ética que se representa en la explotación institucional laboral por parte del poder político del Estado, existen suspicacias fundadas de un presunto trasiego y tráfico ilícito de bienes patrimoniales -culturales e históricos-de México como las piezas arqueológicas.

Acerca del ataque, sábese por las actuaciones ministeriales y médicas que la antropóloga fue acometida dos veces, entre las 13:30 y las 14 horas de la fecha registrada, sin provocación alguna, por un individuo al que, se supo posteriormente, estaba bajo efectos de estupefacientes o psicotrópicos.

El individuo ingresó al sitio arqueológico, tomó allí un machete de los que usan para desbrozar, y sorpresivamente atacó a la antropóloga. En una de las acometidas, la cabeza de la víctima pudo haber sido cercenada. Sufrió fractura cráneo-facial y amputación del dedo anular de su mano izquierda, así como otras lesiones.

Fue atendida de inmediato en el Hospital Civil de Río Blanco, y luego, ante la gravedad de sus heridas, trasladada a un sanatorio particular, en donde fue intervenida quirúrgicamente -también se le hizo cirugía reconstructiva- y de esa guisa salvarle la vida. Continúa sometida, ya en su casa, a cuidados médicos intensivos.

II ADEMÁS DEL TRAUMA físico sufrido por la víctima habría que añadir el trauma psicológico. La antropóloga es una mujer pequeña, físicamente frágil y endeble (padece poliomielitis), pero poseedora de gran afabilidad y entereza, brillantez intelectual y una enorme pasión vocacional por la arqueología y el dibujo técnico.

Participaba en el proyecto en el predio en Los Cerritos desde diciembre de 2008, habiendo realizado antes, en ese mismo año, trabajos de campo durante las excavaciones para construir el túnel bajo el lecho del río Coatzacosalcos, sitio en el cual, sábese, hubo casos de saqueo y tráfico ilícito de piezas arqueológicas.

Señálese que en el proyecto en Los Cerritos, en toda la documentación integrada para aprobación en la sede del INAH en el DF, la antropóloga León López aparece como "pasante de antropología", por instrucciones del coordinador del proyecto, Lino Espinoza García.

Así quedó descubierto que la víctima (cédula profesional 4259583, licenciatura de antropología, especialidad en arqueología y pasante de maestría por la Universidad Veracruzana) no tenía una relación laboral con el instituto. Así se lo hizo saber el delegado del INAH en Veracruz, Fernando Pérez Vignola.

Más no sólo eso. También se descubrió que el trabajo que realizaba en el sitio de salvamento arqueológico la citada antropóloga León López no estaba directamente bajo la coordinación  del INAH, sino de alguien,  Lino Espinoza García, sin jurisdicción  para  proyectos en la zona de Orizaba.

La suspicacia general en los cenáculos de la arqueología en la región es la de que Fernando Miranda Flores, titular del Museo regional del INAH en Palmillas, Ver., con jurisdicción en la zona de Orizaba, fue hecho a un lado por el delegado Pérez Vignola para que no se enterase de un presunto trasiego arqueológico.

Esas irregularidades, empero, no antójanse aisladas ni excepcionales en el INAH, sino la norma.  Explotación laboral -virtual esclavitud de arqueólogos y obreros- bajo falsas premisas y engaños, al extremo de que la antropóloga León López no sabía para quién realmente trabajaba pues formalmente no existía un empleador o patrón.

III COMO CONSECUENCIA, los gastos de hospital -varias cirugías para salvarle vida, algunos de ellas muy complejas y costosísima- y otras erogaciones conexas no son reconocidos por el INAH ni ninguno de sus personeros en Veracruz o en la sede misma en el Distrito Federal. La han dejado sola, a su suerte, abandonada.

Filiberto López Fuentes, coordinador Nacional de Recursos Humanos del INAH, ni siquiera toma las llamadas de la hermana de doña Rita, Judith; aquél no quiere saber nada del asunto. El subdelegado en Veracruz, Nahúm Noguera Rico, y el jefe de la oficina de trámites legales del INAH en el estado, Agustín Tejeda del Cueto, hacen mutis.

Encogiéndose de hombros, todos ellos sugieren obtener una orden directa del director general del INAH, Alfonso de María y Campos, para que se resuelva el asunto, pero el alto funcionario es inasible, en medio de una batalla política acerca de lo móviles reales de su apoyo al proyecto Resplandor Teotihuacano.

En ciertos cenáculos del poder político córrense especulaciones de suspicacias no desmentidas por el INAH ni por el gobierno del estado de México acerca de los móviles crematísticos del "visto bueno" del INAH al proyecto en Teotihuacán. Esa es, además, una percepción pública generalizada.

El asunto que nos ocupa hoy -el de la antropóloga León López- tiene otras aristas: el predio en Orizaba es uno intestado en posesión y/o ocupación  de Elías Hernández Machorro, quien absorbió parte de los gastos de hospital de la antropóloga, quien hasta hoy permanece inmovilizada.

Las moralejas -ya enunciadas- que se desprenden de éste episodio describen un acúmulo de prácticas violatorias de las garantías sociales -laborales, por ejemplo- e individuales que caracterizan, sintomáticamente, el lamentable estado que guardan los derechos humanos en México.

 ffponte@gmail.com

Glosario:

 Acúmulo: cúmulo, acumulado.

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La enfermedad y la cura

         "¡Pobre México, tan cerca del fútbol y tan lejos de la ciencia".
                  Carolina Aranda Cruz, de 12 años de edad.

I EL 17 DE FEBRERO del año que corre -hace un mes y una semana-, Carlos Slim, magnate emblemático del capitalismo salvaje que desde 1982 estruja a los mexicanos, diagnosticó la ocurrente patología mexicana.

El señor Slim calificó esa patología como "la gran crisis". Esa enfermedad, dijo en un foro convocado para desfogar presiones sociales por el Senado de la República, "es el exceso de las políticas neoliberales".

Predeciblemente, desde el Presidente de Facto, Felipe Calderón, hasta los alfiles, cofrades, partiquinos y afines de éste, reaccionaron con tal violencia verbal que casi se acusó al señor Slim de traición a la patria.

No le gustó pues a los personeros del Espuriato -el sexenio calderonista- que uno de los beneficiarios del capitalismo salvaje creado por el neoliberalismo hubiese diagnosticado la enfermedad mexicana.

Pero los síntomas de esa enfermedad son tan obvios y ésta es tan agresivamente corrosiva que preocupa ya no sólo a los 70 millones de pobres en este país, sino también a los ricos, que son unos cuantos.

Lo que agrava esta enfermedad que nos carcome a toda prisa es la inacción de los personeros todos (los Tres Poderes de la Unión, en todos sus niveles) del poder político del Estado mexicano. Esa inacción es criminógena.

II ¿Y POR QUÉ RAYA ESA inacción en lo criminal? Porque exhibe indicios de ser consecuencia de la ineptitud y cerrazón de los personeros de la vertiente ejecutiva del poder político del Estado.

¿Y cómo ha sido posible que esa ineptitud y cerrazón -compartida también por los personeros de las vertientes legislativa y judicial del poder político del Estado- haya devenido en la gran crisis?

Subráyese que esa gran crisis tiene en México un efecto doble: el vector estadunidense concurre al entorno mexicano que ya padecía una crisis severa. La crisis en Estados Unidos golpea a un México en crisis previa.

Así, la crisis estadunidense nos golpea estando los mexicanos postrados e indefensos en el suelo, a resultas del quehacer de los personeros del poder político del Estado en los sexenios de 1982 al actual.

Esos sexenios -¡27 años!, que es la edad promedio de los mexicanos- fueron los de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y Vicente Fox, éste último declarado enfermo mental por el Vaticano. ¡Qué grave!

Los predecesores de don Vicente -quien confesó públicamente haber dejado el gobierno en manos de "otra persona" que supónese es su esposa Marta María Sahagún- rayaban, por sus conductas públicas, en el borde de la demencia.

III LOS MEXICANOS HAN sido gobernados por individuos obsesivos-compulsivos, condición que, aunque hubiese sido leve, denota una enfermedad mental inhabilitadora para la toma de decisiones de Estado.

Esta peculiaridad de los personeros de mayor jeraquía del poder político del Estado es común también en aquellos con facultades constitucionales ejecutivas, como son los gobernadores de los 31 Estados Unidos Mexicanos.

El diagnóstico del señor Slim no sorprendió a nadie. Tampoco la cura a la enfermedad diagnosticada, pues don Carlos  no propone erradicar el modelo económico prevaleciente y sustituirlo por uno afín al interés societal.

Y es que todos -hasta los ricos- padecemos la gran crisis aunque no tengamos conciencia plena de ello, distraídos en el cultivo de altísimos deberes patrióticos de apoyar a los equipos de futbol.

El diagnóstico de las causas de la patología corriente y la cura propuesta por don Carlos no es el de un "catarrito", como lo identifica el Espuriato. Pero los responsables somos nosotros mismos. Los mexicanos.

Ello revela una correlación entre la edad promedio -los 27 años- y la gran crisis. Hemos abdicado por pereza y distracción futbolera (o de otra laya y clase) a favor de quienes nos roban incluso la voluntad y albedrío.

ffponte@gmail.com

Glosario:
  
Criminógena.- De génesis criminal.
Partiquino.- Partidario.