“Para 1982 México contaba con autosuficiencia alimenticia. Un salario mínimo equivalía a 8.2 kilos de huevo o 23 litros de leche o 33 kilos de tortillas o 364 piezas de bolillo, etcétera. El 85 por ciento tenía acceso  a la atención médica que prestaban las instituciones de salud en el país. Un 70 por ciento de la población gozaba de agua potable.
“En menos de un sexenio se duplicó la longitud de las líneas del Metro, y se reemplazó la totalidad y aumentó en 65 por ciento la flota de autobuses del servicio de transporte público. La generación eléctrica sumaba  9 millones de kilovatios, el doble de la década anterior. La producción petroquímica era de 14 millones de toneladas, producto de la construcción de 23 plantas petroquímicas, 21 unidades de apoyo y 58 plataformas marinas, además del complejo químico “La Cangrejera”, el más grande del mundo, en aquél entonces”.
Estas afirmaciones, redactadas  con la intención de culpar a MMH del desastre económico, social y moral existente en México y  a la vez liberar de responsabilidad del daño causado a nuestro país por la economía neoliberal tecnócrata y globalizadora, a Carlos Salinas, parte de una afirmación falsa al decir que las dificultades que hoy tienen en aguda recesión a México, parte de Miguel de la Madrid, cuando la realidad es que el desplome del nivel de vida en México data de hace cuatro décadas, en lo cual tienen responsabilidad las administraciones federales desde 1970 a la fecha, incluyendo “el cambio” panista, a partir del año 2000, cuando los daños a la nación han sido los más grandes de la etapa neoliberal
Estos datos, dados a conocer  con intención de influir en la opinión pública, para enjuiciar únicamente a Miguel de la Madrid que sí tiene responsabilidad en el presente desastre que sufre México, pero no es el único, porque  de Echeverría a la fecha, es una sucesión de administraciones neoliberales que han dañado a la soberanía de México, a través del deterioro de su desarrollo económico que ahora carece de sentido de justicia social, lo que daña a la mayoría del pueblo.
 

Del texto del Movimiento Internacional de Juventudes Larouchistas, se hace evidente la identificación  de López Portillo con el larouchismo, instrumento de penetración ideológica de los grupos de presión de ultraderecha en el vecino país del norte.
Desde luego, en su afán por rescatar a su amigo López Portillo de la responsabilidad que le toca en la importación del neoliberalismo tecnócrata globalizador, los larouchistas sueltan la sopa” en aspectos importantes de la entrega de nuestros recursos  y la traición a la clase trabajadora convirtiéndola en “maquiladora” con salarios de hambre.
Dentro de esta tesitura confiesa el larouchismo: “La receta de los cárteles financieros internacionales ante la crisis mundial era: Que México entrara al libre comercio, a través del GATT, para rescatar a las trasnacionales  comprándoles sus productos con los excedentes petroleros, cosa que colapsaría a la apenas  naciente industria nacional”.
 Sobre esta afirmación cabe aclarar que  la industrialización de México arranco de la administración del presidente Manuel Ávila Camacho, en la década de 1940. Posteriormente, los años de oro de la economía con sentido social de la Revolución Mexicana,  llegarían a la cima -antes de la irrupción del neoliberalismo globalizador-, con el “Desarrollo Estabilizador”, cuando el país creció a ritmos que llegaron al 8.7 por ciento anual, a la mejoría del 9 por ciento del salario de los trabajadores, con inflación de sólo el 3 por ciento. Con López Mateos y Díaz Ordaz, vivió sus mejores años el “desarrollo estabilizador”. En ambas administraciones no hubo devaluación del peso mexicano.
Los datos larouchistas están, por tanto, incompletos y  dados a conocer en forma amañada, para “llevar agua” al molino de esa corriente de penetración ideológica gringa.
El problema de la imposición neoliberal globalizadora empezó con el préstamo condicionado de 400 millones de dólares del Banco Mundial a Echeverría. Esa es la puerta de los préstamos condicionados que abrieron las puerta de México para que penetrara el desastre  de la economía globalizada. López Portillo hizo cambios, dentro de la etapa que a él le correspondió, igual que con De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón, etcétera.

                                El petróleo, el recurso más codiciado

El Movimiento Internacional de Juventudes Larouchistas, el “caballo de Troya” que bajo la perspectiva de los intereses de un sector de los EU, tenido como ultraderechista, pretende influir entre las nuevas generaciones de América Latina, afirma que “la política México era la de hacer de un bien transitorio, como lo era el petróleo, una fuente permanente de empleo y producción que industrializara  al país, procesando nuestros propios recursos  e impulsando tecnologías de punta, como la energía nuclear . Tan avanzada era la concepción del presidente José López Portillo, que su política energética contemplaba la construcción de 20 nucleoeléctricas. “México -asegura el larouchismo-, rechazó la política del imperio financiero, pero estos no descansaron. La entrada  de Miguel de la Madrid como presidente marcó la  entrega del país a los buitres  financieros y el virus económico de la influenza se incubó cuando decidiste escupirle al legado de José López Portillo”.


En otra parte del texto que distribuye, el larouchismo aborda el tema del “Plan Globalizador del Imperio Británico”, consistente en “reducir la población mundial de 6 mil millones, a 2 mil millones de personas”.  Pregunta: ¿Qué llevaría  a la idea de acabar con las dos terceras partes de la población mundial? ¿Cómo decir  quién vive y quien no?-.
¿Porqué el Seuz olímpico torturó eternamente a Prometeo por haberle dado el fuego al hombre?¿Qué hace que el ser humano sea la única especie capaz de utilizar el fuego?
Luego esta afirmación que refleja una profunda y afectuosa identificación con López Portillo: “Tal como Zeus castigó a Prometeo, los dioses financieros castigaron a López Portillo y a México. A partir del 1 de diciembre de 1982, las típicas políticas financieras del imperio británico toparon las riendas del país, para desandar los logros adquiridos y poner a México en la órbita del libre comercio. Al poco tiempo se siguieron las recetas del FMI y del Banco Mundial: fue firmado el GATT, se privatizó la banca y más de mil empresas paraestatales .
“Finalmente, fue firmado el TLC que destruyó nuestra autosuficiencia alimentaria. Esto dejó al país  en la categoría de país de mano de obra barata y exportador de meras materias primas.. Se rompió con la idea de utilizar el petróleo para industrializar al país, construir nuestra propia maquinaria y transitar a la energía nuclear. En pocas palabras se nos prohibió el luso del fuego”.


Esta parte del texto del Movimiento Internacional de Juventudes Larouchistas” no tiene desperdicio: “Lo que le pasó a México le pasó al mundo entero. Hoy estamos  en una crisis de desintegración  e la total del sistema financiero internacional, tal y como lo pronosticó de manera única el estadista norteamericano Lyndon LaRoyche, el mismo LaRouche que a principios de los 1980s trabajó hombro con hombro con López Portillo para defender a México de la embestida  de los depredadores financieros internacionales, y construir un nuevo orden económico internacional, como lo detalla en su obra Operación Juárez de 1982.


El estudio a que hacemos referencia señala que “la ideología del imperio para aceptar esta destrucción  se había sembrado ya con la contracultura de los hippies sesentayocheros, quienes a sabiendas o no, diseminaron dicha ideología: el odio a la industrialización, la ciencia, la agricultura y la energía nuclear. El fascismo venía disfrazado de “libertad” y de amor a la irracionalidad. Su libertad se reducía a fumar mariguana y tener sexo con su madre... naturaleza. En pocas palabras, s les infundió odio al progreso y al desarrollo del Estado nacional moderno.
“Esta irracionalidad -se expresa -  dio como producto híbridos tan nefastos como Al Gore, Mario Molina, Ernesto Zedillo y otros sesentayocheros gatos de George Soros”.
Esta ideología no solamente  tenía como objetivo hacer que el individuo rechazara el desarrollo, sino que aceptara, como fin irremediable, las míseras condiciones  a las que la globalización lleva y a pensar que la población no es más que una plaga para el mundo  a la que se le tiene que podar de vez en cuando.


El larouchismo señala que lo anterior es el ecologismo, “otra creación del imperio británico, como lo demuestra el príncipe Felipe, consorte de la reina de Inglaterra, quien fundó la WWF -Fondo Mundial por la Naturaleza -,  y quien en el prólogo a su biografía “Si yo fuera un animal”, escribió lo siguiente: “En el caso que reencarnara, me gustaría regresar  como un virus mortal, para poder contribuir en algo a resolver  la sobrepoblación”
“Y como lo planteó el malvado Premio Nobel de Literatura y nominado al Premio Nobel de la Paz, Sir Bertrand Russell en su libro El Impacto de la ciencia sobre la sociedad: ‘Al presente, la población mundial se está incrementando... hasta ahora, la guerra no ha tenido gran efecto sobre este incremento... no digo que el control natal sea la única manera de evitar  que la población aumente. Hay otros medios...... Si una peste negra  fuera esparcida a lo largo de todo el mundo una vez cada generación, los sobrevivientes podrían crear libremente sin sobre poblar al mundo... esta circunstancia puede ser muy desagradable, pero ¿y qué? La gente muy elevada es indiferente al sufrimiento, especialmente de los otros’”.
El larouchismo recomienda “no tragarse el cuento de la sobrepoblación”, y afirma que “esta es otra cara de la globalización, la idea de un imperio mundial único, que establezca un tope de 2 mil millones de personas brutalmente estupidizadas, que nunca excedan de los dos millones, incluso que no rebasen la población actual de China de 1.4 mil millones  de habitantes al servicio de la oligarquía financiera”.


Según el larouchismo, “el efecto natural de las condiciones económicas de la globalización ha creado el potencial para una verdadera pandemia global. ¿Acaso la influenza fue un virus sintético creado en un laboratorio? No lo sabemos, pero sí existe la capacidad para hacerlo , así como los británicos crearon el LSD La intención existe, como el propio príncipe Felipe lo declarara en el prólogo de su biografía. Si esto fue explícitamente intencional o no, no sabemos, pero si es el efecto que ellos buscaban con sus políticas?
“Por tanto -concluye  el Movimiento Internacional de Juventudes Larouchistas -, debemos actuar para prevenir una pandemia global . Asumimos lo peor pero trabajamos para recuperar el bienestar  y no sólo esperamos a que llegue . Y esto no sólo implica las medidas de emergencia que ha tomado la nación, sino una política intensiva para reconstruir las capacidades productivas del país”.


De todo lo acontecido durante los últimos 40 años, período en el que se ha traicionado a la Revolución Mexicana y sus principios de redención social, para imponer la globalización económica  a costa del empobrecimiento del pueblo, una lección tiene que ser opuesta en marcha y consiste en que las recetas del extranjero nos han hecho daño, ya se haya aplicado en una u otra administración de 1970 a la fecha. El larouchismo ha mostrado su identidad con López Portillo, su rechazo a Miguel de la Madrid, con soslayo de lo que hay hecho otras administraciones de Salinas hasta la fecha.
El momento que vive México es difícil y ya sea con López Portillo, Echeverría, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox. o el calderonismo. No es cosa, pues, de aceptar , las preferencias o las complicidades de un grupo de presión que tiene su sede en el vecino país del norte.
Las condiciones económicas, sociales y culturales mejorarán en México, con fórmulas propias. Del extranjero jamás vendrá la salvación. Ella está en nosotros, con nuestro trabajo y previsión.
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Manuel Magaña -

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