Abundantes son las diarias declaraciones de los políticos procedentes de todos los matices ideológicos, hasta parece que se tratara de reflexiones de “hombres sabios” como los de la Antigua Grecia. Pero a juzgar por la realidad que padecemos, dicha palabrería neoliberal son un herradero; el hecho cierto es que el pueblo de México está cada día más pobre, la inseguridad cunde sin parar y la deuda pública interna y externa rebasa ya los siete mil billones de pesos, lo cual consideran los expertos como una deuda impagable. O sea, que “México está en un grave momento.”
Todo esto, en el marco de la crisis más aguda y profunda que sufrimos en México y porque hasta la fecha se carece de una fórmula de solución, porque la ansiada productividad no acaba de materializarse a nivel de economía interna.
Es absurdo que en México, con más de 20 millones de hectáreas susceptibles de cultivo, tengamos que importar alimentos después de que en la etapa del desarrollo estabilizador fuimos autosuficientes. Igualmente resulta injustificado, que siendo un país con mucho petróleo, no se produzcan en suelo mexicano los volúmenes de gasolina que necesitamos y tengamos que importar grandes cantidades de ese combustible.
Datos contundentes del IMSS
Sobre el imparable empobrecimiento del pueblo de México pese a la verborrea de la demagogia que nos promete paraísos neoliberales, los datos del Instituto Mexicano del Seguiro Social (IMSS), sobre el salario de los trabajadores, son contundentes.
Informa esta institución, que en septiembre pasado tenía 17 millones 180 mil 93 trabajadores registrados. De esta cifra, 86 por ciento son empleados permanentes y 14 por ciento eventuales. De enero a septiembre han sido creados 655 mil empleos, pero los salarios son los más bajos del mundo, según la Organización para el Comercio y el Desarrollo, con sede en Suiza...
De los 17 millones, casi medio millón gana un salario mínimo y esto es como para morir de hambre. Hay cinco millones 972 mil 474 jefes de familia que reciben dos salarios mínimos por su trabajo dos salarios mínimos mensuales, o sea, cuatro mil pesos; tres millones 359 mil 610, reciben tres salarios mínimos. No pertenecen al grupo de un millón 926 mil 542 personas que reciben cuatro salarios mínimos y tres millones 910 mil 503 trabajadores quienes reciben entre cinco y diez salarios mínimos.
Salarios de pobreza
¿Qué revelan las anteriores cifras?
Algo muy importante que confirma el avance de la pobreza en México, porque de acuerdo con estimaciones de los estudiosos sobre la materia, tanto del INEGI como de OCDE, el salario mínimo es uno de los más bajos del mundo y el más paupérrimo en toda la América Latina y el Caribe.
Se dice que ganar en México 10 mil mensuales, equivale a vivir en la pobreza, porque tal cifra que en los buenos tiempos del Desarrollo Estabilizador permitían vivir con holgura porque el salario del obrero no había perdido más del 60 por ciento de su poder adquisitivo y el costo de la vida no era tan complicado ni elevado.
Con la elocuencia de las cifras, el IMISS nos hace saber que 14 millones, 819,429 trabajadores no rebasan el salario de 10 mínimos y por tanto se mueven en el marco de la pobreza. El trabajador se en venta al problema de que el dinero que recibe no le alcanza para solventar las más ingentes necesidades.
Pagar un salario remunerador es algo de urgente resolución, porque si no hay masa de consumidores, no hay desarrollo interno.
Economía nacional sana solo con economía familiar sana
Mientras no se reconozca la gran verdad del axioma “si no hay economía familiar sana no puede haber economía nacional sana”, ni empresas con economía sana al carecer de mercado, el futuro de México se verá perturbado.
Cuantas veces sea necesario habrá de insistirse en que sólo con programas productivos podremos ser un país con futuro digno. Los préstamos internacionales y la equivocada pretensión de realizar el desarrollo de México en el campo de lo especulativo, constituye un grave error. Los préstamos han inducido al despilfarro, al pago de altos sueldos en el sector burocrático, a la corrupción, la impunidad, la dependencia y el deterioro de nuestra soberanía nacional.
Necesitamos soluciones. Urgen soluciones en todos los órdenes
En inseguridad pública, desigualdad, impunidad, corrupción, pérdida de la soberanía nacional, etc., andamos muy mal. Urgen soluciones y el saneamiento de la economía familiar para que la economía nacional sea una realidad, renglón que no debe ser diferido.
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