Edición 219 |
La nueva geopolÃtica
y el poder declinante de EU, según
Brzezinski y el IISS*
A SUS 81 AÑOS, en el ocaso de su vida pero todavÃa muy vigoroso intelectualmente, Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad nacional de Jimmy Carter e Ãntimo de Barack Obama, está diciendo cosas impronunciables sobre la ya inocultable decadencia de Estados Unidos (ver Bajo
DURANTE LA PRINCIPAL conferencia en Ginebra, auspiciada por el muy influyente Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Gran Bretaña (IISS, por sus siglas en inglés), Brzezinski lanzó una bomba comparativa entre la debacle soviética en Afganistán y la inminente derrota de Estados Unidos en el mismo suelo, considerado por los historiadores serios como el cementerio de los imperios y que la administración Obama ha extendido hasta Pakistán (donde inició el colapso helénico de Alejandro Magno, quizá el máximo cuan efÃmero conquistador de todos los tiempos.)
Sus palabras pueden parecer brutales a quienes aún no se enteran de la ineluctable decadencia multidimensional estadunidense que legó Baby Bush a Obama: Corremos de hecho el riesgo de replicar, obviamente sin intención (sic) alguna, lo que sucedió a los soviéticos (BBC; 11/9/09.)
No es una revelación menor viniendo del verdadero arquitecto de la trampa islámica tendida a los soviéticos en Afganistán, como confesó el mismo Brzezinski a la revista francesa Le Nouvel Observateur: llegamos a Afganistán hace casi ocho años, y derrocamos a los talibanes con 300 soldados. Ocho años más tarde, hemos empezado a movernos a un nivel de fuerza militar que se aproxima al compromiso soviético y nuestros máximos militares dicen que no estamos ganando militarmente.
¿A qué se equiparará la derrota de Estados Unidos y
Con todo nuestro debido respeto a los sepultureros de ocasión, pero la decadencia de Estados Unidos se manifestó en forma diáfana en su derrota militar en Irak frente a la guerrilla sunnita cuando no pudo controlar el petróleo. La inminente derrota estadunidense en Afganistán constituye un clavo más en su féretro iraquÃ.
A juicio del geoestratega Brzezinski, quien se definió como amigo crÃtico del atribulado presidente, la agenda de Obama sufre de embotellamiento y el tiempo corre en su contra en Afganistán, en el proceso de paz estancado en Medio Oriente y en el contencioso nuclear iranÃ: el inmenso (sic) riesgo del desempeño de Obama en la escena internacional puede no estar al nivel de la escala de sus ambiciones globales.
A De Defensa (14/9/09), centro de pensamiento estratégico europeo, no se le escapa la oportunidad de colocar el fatalismo de Brzezinski en el marco de la decadencia de Estados Unidos: el viejo (sic) Brzezinski está cansado. Deja aflorar su verdadero sentimiento sobre la situación del mundo y, en especial, sobre la situación de la potencia estadunidense en el mundo, implÃcitamente percibida como la extraña duplicación del fin de
Con justa razón, De Defensa fustiga la proclividad a imaginar (sic) en el sistema estadunidense cualidades maquiavélicas fuera de lo común para controlar al mundo. No es asÃ, su sistema es como los demás, vulnerablemente falible, y su caÃda ocasionará más ruido y daño debido a su pesadez de potencia usurpada, de sus ambiciones y sus vanidades acumuladas.
Cinco dÃas más tarde a la brutal confesión de Brzezinski, el mismo IISS -en su séptima revisión anual de los asuntos mundiales: la nueva geopolÃtica- diagnostica que un Estados Unidos debilitado puede empezar a retirarse de la escena internacional sin ninguna ayuda (¡supersic!) de sus aliados.
Para el IISS, que se alaba como la autoridad (¡supersic!) lÃder en seguridad global, Obama no tiene más alternativa que solicitar la ayuda de China, Rusia, Irán (¡supersic!) y otros (sic) para lidiar con los problemas acuciantes del planeta.
IISS asevera que a escala doméstica, Obama basó su campaña electoral en el lema atractivo de sà se puede, pero lamentablemente a escala internacional tendrá que argüir que no puede. El centro de pensamiento británico comenta correctamente que la influencia de Estados Unidos en el mundo declina debido a los fracasos de los años bushianos, el ascenso de China, Rusia (¡supersic!) y
En su reporte anual explaya que las guerras de Estados Unidos contra grupos insurgentes en Irak y Afganistán han expuesto los lÃmites (¡supersic!) de su musculatura militar, mientras el casi colapso (sic) de los mercados financieros mundiales socavó la base económica de la que dependÃa tal fuerza muscular.
¿Dónde quedó el concepto peregrino de que Estados Unidos, hoy emasculado, podÃa librar dos o más guerras simultáneas que tanto cacarearon sus estrategas en su guerra sicológica contra sus adversarios potenciales?
Para no salir humillado, Estados Unidos necesita paradójicamente la ayuda de Rusia e Irán, tanto en Irak como en el binomio Afganistán/Pakistán, cuando a sus aliados, como los británicos, les urge empacar cuanto antes.
La evaluación del IISS es impecable: “Estados Unidos perdió la tracción en sus esfuerzos para contener el programa nuclear iranà y llevar la paz a Medio Oriente. […] Claramente (¡supersic!), la participación de EU en el poder global, medido en cualquier forma, se encuentra en decliveâ€. Este aserto lúcido no asombrará para nada a los dilectos lectores de Bajo
Otro centro de pensamiento británico, Chatham House, en voz de su director, Robin Niblett, expresó que el ascenso del poder relativo de China, India, Rusia y
Llama la atención el triple desprecio de Brzezinski, IISS y Chatham House al inocultable ascenso de Brasil, quien brilla intensamente en el BRIC y que, guste o no, forma parte del nuevo orden hexapolar (ver Bajo
Niblett considera que varios paÃses han desarrollado nuevos anticuerpos al liderazgo global estadunidense: además del ascenso de poderes regionales, “Estados Unidos es percibido como parte del problema y no como su solución en varios temas, que incluyen el cambio climático, la crisis financiera, y el fracaso del proceso de paz en Medio Oriente. (…) También carga la maleta de polÃticas fallidas y de un abordaje financiero fracasadoâ€, en referencia especÃfica a la administración bushiana, lo cual tendrá que reparar urgentemente Obama.
Por si quedaba duda del declive estadunidense, Obama, quien parece oficiar más de sepulturero que de presidente, rectificó acertadamente la polÃtica nuclear con Rusia al abandonar la sicótica aventura bushiana de imponer su miniguerra de las galaxias en
*La Jornada
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