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Edición 385

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BUHEDERA

Guillermo Fárber

Me duele la mano de tanto pensar en ti. / Más fuerte que el poder de la adicción, es la adicción del poder. / Hijo, tú que estudiaste para piloto, despega el huevo del sartén que ya se está quemando. / La macroeconomía es la política expresada algebraicamente. /

París

SEGURAMENTE has leído que un reciente ataque terrorista fue, con sus 150 muertos, “la peor masacre cometida en París desde la segunda Guerra Mundial”. Bueno, pues esto es ligeramente inexacto. 

Un desmán un poco mayor ocurrió en 17 de octubre de 1961, y no fue de árabes matando franceses sino de franceses matando árabes. Ese día el alcalde de París, Maurice Papon (que ya tenía las manos bastante manchaditas de sangre como funcionario del régimen colaboracionista de Vichy), lanzó a las fuerzas policiales contra una manifestación de 30 mil árabes que demandaban la independencia de Argelia como colonia francesa. 

En un alarde de conducta civilizada, las fuertemente armadas fuerzas del orden se abalanzaron sobre los fuertemente desarmados manifestantes, los macanearon con singular alegría a diestra y siniestra y luego los lanzaron al Sena donde, seguramente por no saber nadar (al menos los que no tenían roto el cráneo), algunos por desgracia se ahogaron. 

El saldo fue de 200 argelinos muertos, tres mil heridos y once mil arrestados que fueron recluidos de inmediato en campos de concentración o estadios deportivos. Medio año después, el gobierno tuvo que aceptar, muy a su pesar, conceder la independencia a Argelia (con un área mayor que la de México y más de triple que la de Francia). Esta decisión de De Gaulle despertó una violenta reacción de ciertos sectores ultra nacionalistas (pied noirs), que la vieron como una derrota inaceptable y estuvieron a punto de concretar un golpe de estado y así desencadenar una guerra civil.

La batalla de argel

ES UNA ESTRUJANTE película de 1966, en blanco y negro, dirigida por Gillo Pontecorvo (música del mismo Pontecorvo y del genial Ennio Morricone, la puedes oír en https://www.youtube.com/watch?v=0_f67SkJJ_g). Acá en México la película estuvo prohibida durante muchos años, entiendo que porque mostraba demasiados detalles tácticos del sofisticado arte de la guerrilla urbana, a la que el propio presidente Díaz Ordaz, el secretario de Gobernación, Luis Echeverría, y el secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán, le tenían un particular resquemor (quizá porque ya sabían lo que venía en 68). 

Esta prohibición, como era de esperarse, convirtió a la película en una de culto de la chaviza de entonces, a la que las fuerzas oscuras ya preparaban (naturalmente sin su conocimiento y menos su consentimiento) para servir de carne de cañón en el zipizape trasnacional y manipulado del 68.

El día del chacal

LA NOVELA (de Frederick Forsyth) es de 1971 y la película, dirigida por Fred Zinnemannn, de 1973 (tiene un remake mediocrón de 1997, con Bruce Willis y Richard Gere). Tanto la novela como la película original son espléndidas. Cuentan la historia ficticia (pero posible) de un asesino inglés a sueldo contratado para matar en París al presidente francés Charles De Gaulle, considerado “traidor” por los ultranacionalistas tras conceder la independencia a Argelia. 

La película fue prohibida en Chile por el dictador Pinochet, porque es prácticamente un manual para descabecharse a un presidente.

Abuelita

DESPUÉS de acostar a sus nietos, apagar la luz y cerrar la puerta de su recámara, una abuela se metió en su baño, se embarró en la cara una mascarilla anti arrugas, se puso su vieja piyama y sus pantuflas, y se dispuso a lavarse el pelo. Pero los niños comenzaron a hacer un escándalo a oscuras. Cuando a la abuela se le terminó la paciencia, se enroscó la toalla en la cabeza, entró hecha una tromba en el cuarto de los niños, les puso una buena regañada a gritos y volvió a salir enfurecida. Tan pronto salió, escuchó que el menor de los niños murmuraba: “¿Quién era ésa?”

Oooooommmmmm

RECUERDA MEDITAR cuanto puedas, cuando puedas.



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