Y, LA SAGA DE UNOS RESTOS HUMANOS, que debieron desaparecer hace mucho.
Los supuestos huesos de Pro, se encuentran en una urna, en una iglesia… en la Colonia Roma, de la capital. Suponemos que, ya que están situados donde todos los feligreses puedan verlos, con la idea de que sean adorados y reverenciados.

LO CUAL es una práctica frecuente de la ICAR, la cual es la única iglesia occidental que rinde culto a las “reliquias”, costumbre implantada por la madre del fundador de la misma, Elena; la mamá de Constantino, emperador de la ya entonces francamente decadente Roma. Pero en justicia, no son los únicos: El brazo cercenado de Obregón (mucho antes de su asesinato), estuvo hasta fines del siglo pasado en un monumento de dudoso gusto en San Angel, en la capital del país, donde alguna vez estuvo el restaurante La Bombilla… sitio donde fue asesinado por un caricaturista al parecer perdidamente enamorado (pobre) de una monja, la cual terminó casándose con otro luego de todo el rollo y fusilamiento del monero.

Muy pocos recuerdan a José de León Toral… quien finalmente logró el objetivo cristero de matar al “demonio” Obregón, donde sus más “ilustrados” predecesores (los Pro & Cia.) habían fallado, pero a él no se le reconoce por la curia; cosas de la injusticia. Al parecer un “jesuita” vale mucho más que un “caricaturista”. Eso nos lleva al beato:

Agustín Pro Juárez era jesuita, cura y activista. Pepe Toral era fanático, un ignorante y por lo tanto, carne de cañón. El reconocimiento post mortem de la ICAR es evidente en el caso del jesuita Pro, que fue un homicida frustrado… Al pobre caricaturista, asesino exitoso, ni quien lo pele. ¿Dónde están los restos de Toral? Fue enterrado en el cementerio español luego de ser fusilado en Lecumberri, pero ¿alguien le lleva flores? ¿Alguien le dedica un triste rosario? Sabemos que el ingeniero Juan Segura Vilchis, uno de los conjurados para matar a Obregón —y artífice de la bomba que falló—, fusilado junto con los Pro; está sepultado en el cementerio de la Villa de Guadalupe, aunque no nos consta que alguien vaya a rezarle.
A diferencia de las “reliquias” del jesuita Pro Juárez a quien los jesuitas de la “orden negra” han emplazado para proceso de “santidad”, lo cual fue obviamente ignorado.

Pero, tal vez —se dice con un ostensible suspiro esperanzado—, con la visita de SS Francisco, las cosas volverían a marchar…

Pero, ¿alguna vez será ‘santo’ Pro ahora que el papa es un jesuita? Es de dudarse, a fin de cuentas fue un conspirador, asesino frustrado de Obregón, y hay reglas entre las relaciones de los Estados y el Vaticano. Y, eso que si fue mártir, pues las torturas a las que fue sometido durante la detención ni las soñarían en sus pesadillas quienes lo mandaron a cometer el crimen. Pero: ¿A alguien le importa? ¿Alguien lleva flores a donde está enterrado Toral? ¿Alguien reza por él en el aniversario de su muerte?

En el caso del cura Pro… que no de su hermano y cómplices fusilados junto con él?

Hay una placa puesta por la Cía. de Jesús (casi tapada por cables), que marca el sitio donde cayó el cura, no se menciona a los cómplices que, en todo caso serían tan mártires como él… La verdad escueta es que la ICAR hace muy poco por sus “héroes”.

Los perros ferales suelen ser más solidarios con los miembros de la jauría…

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