joomla visitor
Auditora
ITINERARIO 2012
Buscar Autor o Artículo

PULSE LA TECLA ENTER
Voces Diario
Banner
459
Banner
Posada del Periodista
Banner
460
Banner
458
Banner
457
Banner
456
Banner
455
Banner


Ver Otros Artículos de Este Autor

Edición 280

ITINERARIO 2012
ABRAHAM GARC
ÍA IBARRA

ENTRE EL PRIATO Y LA GUERRA NARCA

Dos fraudes:
2 usurpaciones

Itinerario1Desde el cierre del sexenio del priista Miguel de la Madrid, hasta el cierre del segundo sexenio de la alternancia panista en la presidencia de la República -24 años sumados-, la vida política en México ha estado marcada a fuego por dos fraudes y dos usurpaciones, impunes transgresiones ambas que frustraron la transición democrática y han conducido del Estado de bienestar  al Estado de ingobernabilidad.

Dos números relativos, son el macabro indicador del tránsito de la paz a la guerra: 00.04 por ciento, el primero; 00.56 por ciento el segundo. En 1988, los operadores del fraude del Carlos Salinas de Gortari recurrieron a la quema de boletas de votación cruzadas, para fabricarle artificialmente al candidato del PRI a la presidencia de México una mayoría relativa. En 2006, los órganos electorales manipularon cibernéticamente el conteo de los votos para endosarle al candidato del PAN, Felipe Calderón, una precaria ventaja sobre su más cercano contendiente.

 

Salinas no pudo con el legado

Salinas de Gortari se hizo con el poder abrumado por una diferencia a la baja de 37 puntos porcentuales menos respecto de la votación lograda por Adolfo López Mateos (1958); 33 respecto de Luis Echeverría Álvarez (1970); 37 respecto de José López Portillo (1972) y 18 respecto de su inmediato antecesor (De la Madrid) en 1982. Todos los nombrados, candidatos del PRI. En abril 1983, bajo los auspicios del embajador de los Estados Unidos en México, John Gavin, la elección de De la Madrid había sido denunciada internacionalmente como un robo al PAN. Ya con una participación electoral en descenso, en 1988 se fabricó una mayoría relativa de 50.4 por ciento para forzar un resultado “legal” artificial sobre la votación obtenida en su conjunto por la oposición.

Salinas
Salinas de Gortari: La vesania.

La noche del 6 de julio de 1988, la maquinaria electoral del gobierno priista, entonces tripulada por la Comisión Federal Electoral (CFE), había recurrido a lo que se trató de explicar como la caída del sistema (de cómputo) para detener y reorientar el conteo de la votación que no le era favorable a Salinas de Gortari, cuyo resultado preliminar, en palabras de De la Madrid, provocó un terremoto político en el interior del PRI y de Los Pinos. Los representantes del Partido Acción Nacional (PAN) en aquella época, eran los abogados Diego Fernández de Cevallos y Fernando Gómez Mont.

Zedillo confirmó su pequeñez

En campaña, la dirección nacional del PRI se había comprometido a obtener 20 millones de votos para su abanderado a la Presidencia. Al hacerse por el Colegio Electoral de la Cámara de Diputados la declaración de Presidente electo en septiembre de ese año, sólo se logró acreditar a Salinas de Gortari nueve millones 687 mil 926 votos. Menos de la mitad de los ofrecidos. Para poner ese resultado en perspectiva, conviene recordar que seis años después, al candidato presidencial del PAN, Diego Fernández de Cevallos, se le reconocieron nueve millones 221 mil 747, no obstante haber aflojado su campaña después de haber ganado el debate presidencial. Si ambos candidatos (Salinas de Gortari y Fernández de Cevallos) hubieran contendido en un mismo proceso, sobre el resultado final se podría hablar, hipotéticamente, de un empate técnico.

Precisamente en 1994, en que la aparición de la guerrilla zapatista y el asesinato del priista Luis Donaldo Colosio sirvieron de coartada para imponer el voto del miedo, el candidato suplente del PRI triunfante, Ernesto Zedillo Ponce de León, en resultados no impugnados, logró 17 millones 333 mil 931 sufragios. Unos dos millones de votos menos que el total obtenido en 1988 por todos los candidatos juntos.

La manipulación de los resultados electorales de 1988, primero en el Colegio Electoral en San Lázaro para la autocalificación de los diputados federales, y posteriormente para la calificación de la elección presidencial se dio en una atmósfera de violencia y terror, uno de cuyos datos es que en el interior del recinto legislativo agentes de seguridad  interceptaron a un ciudadano extranjero, español para más señas presuntamente en posesión de una bomba. Se procedió apresuradamente a depórtalo al estado de Texas (USA).

Uno de los momentos más enervado del desarrollo de aquellos colegios electorales se dio cuando un candidato a diputado federal por el Frente Democrático Nacional (FDN), Félix Salgado Macedonio, sacudió desde la tribuna un costal desde el que se esparcieron sobre el pleno las cenizas de boletas electorales quemadas total o parcialmente, con votos para la oposición en el estado de Guerrero, y que fueron recogidas en orillas de ríos y arroyos que cruzan la entidad. Los salinistas bautizarían al guerrerense como el diputado costales, pero les fue imposible desmentir la evidencia.

Quemaron Palacio y los paquetes

En la madrugada del 5 mayo de 1989, el Palacio Legislativo de San Lázaro, donde estaban bajo custodia militar los paquetes electorales de 1988, fue incendiado, pero esa documentación no sufrió daño.  Tres años después, ya en la siguiente legislatura, aquellos paquetes, fueron quemados definitivamente con el consentimiento del coordinador de la banca del PAN, Diego Fernández de Cevallos.

Diego Fernández de Ceballos
Diego de todos los moles

En pleno debate para la calificación de la elección presidencial de 1988, el constitucionalista y entonces flamante diputado del PRI por segunda ocasión, don Antonio Martínez Báez tipificó ese proceso como un golpe de Estado técnico. Tiempo después, el análisis de un órgano de estudios estratégicos de la Confederación Patronal de la República (Coparmex), que desagregó los resultados por distritos y secciones electorales, concluyó que la suma de irregularidades detectadas, de acuerdo con la norma legal vigente, daba para la declaración de nulidad del proceso.

Muere protagonista incómodo

En octubre de 1989, uno de los protagonistas de la campaña presidencial del año anterior, el empresario sinaloense Manuel de Jesús El Maquío Clouthier del Rincón, murió en sospechosas circunstancias, víctima de un supuesto carreterazo.

Clouthier
El indoblegable Maquío

Clouthier había sido el más agresivo impugnador de los resultados del 6 de julio citado. Los consejeros del PAN reprobaron a su candidato que había puesto sobre rieles la estrategia de resistencia civil activa, reacción que no impidió que la dirección nacional del PAN se presentara en Los Pinos, la primera semana de diciembre, para firmar con el usurpador la llamada Alianza estratégica, con base en el otorgamiento de la legitimidad de gestión, a cambio de las primeras concertacesiones electorales. Al tiempo, el PAN levantaría un monumento a Clouthier en el parque de La bombilla, en la Delegación Álvaro Obregón del Distrito Federal, sitio donde en julio de 1928 fue ejecutado por el fanático católico León Toral, el presidente reelecto Álvaro Obregón.

Después de que, en 2000, la salida del PRI de Los Pinos estuvo primada por las trapacerías -la mayoría impunes- de los Amigos de Fox y el Pemexgate, en mérito del cual el PRI vuelve a recompensar al dirigente petrolero Carlos Romero Deschamps con la candidatura Senado de la República, en 2006 el proceso de sucesión presidencial fue administrado por el Instituto Federal Electoral, con consejeros negociados en 2003 en la Cámara de Diputados por la cacique magisterial, Elba Esther Gordillo Morales, entonces secretaria general del PRI y coordinadora de la banca tricolor, luego defenestrada de ambas posiciones. El proceso había avanzado en su digitalización y expuesto a los algoritmos (método concebido para fabricar resultados deseables, no siempre de uso perverso.)

Los magistrados del 00.56

Fue resultado de ese proceso el ingenioso pero increíble 00.56 por ciento que ha servido de tema para documentales y películas pero, sobre todo para identificar el estigma tatuado sobre su usufructuario, Felipe Calderón Hinojosa, a quien no nos ha quedado más remedio que bautizar como el presidente designado en grado de usurpador. Hecha una obscena depuración del resultado final de la votación, que empezó por eliminar los votos para candidatos no registrados (298 mil 204) y la sospechosa anulación, por razones varias, no siempre explicitadas, de un importante porcentaje de sufragios (900 mil 373 en números absolutos), se acreditaron 14 millones 916 mil 927 votos al candidato del PAN, contra 14 millones 683 mil 096, al de la Coalición por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, quien previamente había sido desaforado de su encargo como jefe de Gobierno del Distrito Federal, en una conjura urdida en Los Pinos por el presidente Vicente Fox y el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela Güitrón, para evitar su participación en la contienda.

Calderón
Presidente Militarizado

Si en el Instituto Federal Electoral, el peso de la sentencia popular se carga sobre el consejero presidente Luis Carlos Ugalde, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, al que por mandato constitucional le corresponde el dictamen final de la declaración de Presidente electo, la responsabilidad la comparten por su fallo unánime los magistrados Leonel Castillo González (presidente), Eloy Fuentes Cerda, Alejandro Luna Ramos, Alfonsina Berta Navarro Hidalgo, José Fernando Ojesto Martínez Procayo, José de Jesús Orozco Henríquez y Mauro Miguel Reyes Zapata, quienes, sólo para la elección presidencial, tuvieron en sus manos 376 recursos de inconformidad.

Desde entonces, doña Josefina

Con el antecedente del desafuero de López Obrador promovido por Vicente Fox (quien había fallado en la tentativa de heredar a su mujer el poder presidencial) y la comisión de otras trasgresiones públicas del Código, el IFE publicó el 23 de febrero de 2006 un supuesto Acuerdo de neutralidad cuyas reglas restrictivas abarcaba a funcionarios públicos, empezando por el propio presidente de la República, cuyas declaraciones podrían atentar contra la libertad del voto.

Vazquez Mota
Josefina en transas con Televisa

Para entonces, era obvia la mano que movía la cuna en la promoción de reformas a las leyes federales de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones -iniciativa bautizadas como Ley Televisa- aprobadas por unanimidad y tan solo en siete minutos en la Cámara de Diputados el 22 de noviembre de 2005 y enviada al Senado, de cuya intencionalidad era posible derivar por que calle transitaría el duopolio televisivo durante la campaña presidencial.

Antes de la firma del acuerdo de neutralidad, en la primera semana de febrero Felipe Calderón se había reunido con los ejecutivos de Televisa. De acuerdo con un testimonio del legislador panista Javier Corral Jurado, “Josefina Vázquez Mota, coordinadora de la campaña de Felipe Calderón, había acordado con Bernardo Gómez (vicepresidente de Televisa) el apoyo a la ley, a cambio de aumentar el puntaje a Felipe Calderón en las encuestas, diferir los pagos de spots y presionar en forma mediática al IFE para la realización de los debates” (Medios de Comunicación y Elecciones/ La Televisión en el Proceso Electoral Federal del 2006. Los Límites de la Democracia en México/ Elecciones 2006.)

En este pueblo no hay ladrones

En el paquete de impugnaciones que conoció la autoridad electoral, se incluyó una denuncia contra la sesgada intromisión en el proceso de Elba Esther Gordillo, comprobada en grabaciones de conversaciones telefónicas. Los magistrados llegaron a la magistral conclusión de que carecían de valor probatorio por no haberse obtenido legalmente (sic). El tiempo decantaría la conducta de Gordillo Morales, al grado de que se confirmó que había operado sobre un grupo de gobernadores priistas para orientar la votación a favor de Calderón Hinojosa. A la hora de redimir facturas, “la maestra” tuvo recompensas tangibles que causaron envidia de panistas que fueron excluidos en el reparto de “premios” a la llegada de la nueva administración.

Fox
Fox: El águila mocha

Desde luego, los recursos más recurrentes vistos en el Tribunal Electoral tuvieron como actores a Vicente Fox y a los organismos empresariales. Las declaraciones analizadas del Presidente de la República Vicente Fox Quesada, se constituyeron en un riesgo para la validez de los comicios que se califican en esta determinación que, de no haberse debilitado su posible influencia con los diversos actos y circunstancias concurrentes examinados detenidamente, podrían haber representado un elemento mayor para considerarlas determinantes para el resultado final, de haber concurrido otras irregularidades de importancia que quedaran acreditadas. (Se solicita un hermeneuta.)

Sobre la propaganda negra contra López Obrador, para los magistrados no existieron condiciones que permitan establecer de manera objetiva o al menos en grado aceptablemente probable, que la intención del voto de los electores fue afectada de manera preponderante por la difusión de los spots en cuestión. (Los magistrados hablan de objetividad, pero tiempo después el ex presidente del Tribunal, Castillo González, confesó que las insuficiencias y deficiencias de la ley obligaron a esos jueces a interpretar la norma legal, sin explicar cómo esa discrecionalidad se ejerce a salvo de la subjetividad.)

Para la biografía de los magistrados del Trife, queda esta perla: Así pues, vistos en conjunto los acontecimientos señalados, no generan convicción de una afectación importante a los principios rectores de las elecciones democráticas, principalmente a la libertad del voto… ¿Cómo se explican entonces los magistrados que, para rendir su protesta el 1 de diciembre de 2006, el presidente designado haya requerido entrar a hurtadillas al recinto donde se celebraría la sesión de Congreso General bajo la protección de un comando armado y, sin posibilidad de acreditar su legitimidad, se haya apoyado en las Fuerzas Armadas para tratar de gobernar, desencadenando una guerra que ha producido más de 60 mil muertos?

 


 

Muertes dolorosas
pero convenientes

SI BIEN LA HISTORIA ES OBRA del hombre colectivo: El pueblo -concepto éste, paradójicamente, borrado del discurso público por sedicentes demócratas-, es imposible negar que la influencia -el liderazgo, a veces- ejercida por individuos de excepción en el ánimo y la acción de determinados segmentos sociales, contribuye darle causa y cauce al curso transformador de las comunidades humanas.

Presidentes
Consigna de la Casa Blanca: Humillar el orgullo de México

No son individuos insustituibles, ciertamente, pero su ausencia pesa significativamente en la oportunidad, la velocidad y la dirección de los procesos de cambio. La poda suele ser lenta y no siempre el retoño resulta de la calidad deseada para continuar la tarea inconclusa, más ahora que los medios electrónicos fabrican al vapor ídolos de pastiche.

En días pasados, México ha registrado el fallecimiento de tres figuras que, en la academia y la política, grabaron su impronta, aunque el balance final de sus vidas públicas no sea lineal ni uniforme, desde la variada óptica de sus críticos o detractores, o aun de sus panegiristas: Jorge Carpizo MacGregor, Miguel de la Madrid Hurtado y Juventino V. Castro y Castro, ya no votarán el próximo 1 de julio.

Tres universitarios tres que encarnan la tragedia humana: Su testimonio de buena fe en la esfera privada y su impotencia para cristalizar su voluntad en el ejercicio del poder público. La sincera convicción personal avasallada por la implacable  praxis política. Su ortodoxia académica rendida  al obsceno condicionamiento de la pugna entre lo deseable y lo posible en la función del estadista.

Carpizo
Temperamental, pero brillante

El doctor Carpizo fue uno de los  más prolíficos productores de investigación jurídica, cuyos trabajos, en la suma, pueden tomarse como fundamentos para darle una nueva oportunidad a la doctrina del Derecho Constitucional mexicano. Quizá uno de sus textos más consultados sea aquél en el que expone y discierne sobre las facultades metaconstitucionales del presidente de la República que violentan la teoría de la división de poderes y el imperativo de los contrapesos que atemperen y equilibren la operación de las funciones públicas.

Sin embargo, como ministro de la Suprema Corte o  como primer presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero, sobre todo, como titular de la  Procuraduría  General de la República y finalmente como secretario de Gobernación poco pudo lograr para contener los excesos presidenciales al servicio de un jefe del Ejecutivo federal -Carlos Salinas de Gortari-, que, desde su origen electoral, fue imputado de usurpación y, en el ejercicio del poder, dejó constancia de su naturaleza despótica.

Cruzado con la espada de la ley por el Estado laico, el campechano jugó a las vencidas con la jerarquía católica y a sus ministros llegó a acusar, con conocimiento de causa, de protección a las bandas del narcotráfico, pero no logró sanción penal alguna contra los detentadores de la cruz, ni su autorizada voz fue escuchada al instrumentarse la contrarreforma constitucional que resarció derechos y prebendas al clero político que, hasta el final de sus días, permaneció hostilizándolo.

Tres episodios, no precisamente accesorios, definieron el temperamento del campechano: 1) Cuando, en su papel de titular de la PGR, dirigió la investigación del asesinato en Guadalajara del cardenal Juan José Posadas Ocampo en mayo de 1993, y precipitó la controvertida hipótesis del fuego cruzado entre comandos de bandas antagónicas, en cuyo caso la de los Arellano Félix intentaría ejecutar a Joaquín El Chapo Guzmán Loera. El capítulo se enervó cuando se conoció tiempo después que los Arellano Félix fueron recibidos en la sede de la nunciatura apostólica a cargo de Girolamo Prigione, pretendiendo incluso una cita en Los Pinos para dar su versión de los hechos.

2) Crispada la atmósfera político-electoral por la irrupción guerrillera del Ejército Zapatista de Liberación Nacional el 1 de enero de 1994, y el asesinato del candidato del PRI en marzo del mismo año, Carpizo MacGregor, actuante en el proceso de sucesión presidencial, renunció a la Secretaría de Gobernación semanas antes de la votación, y aunque se retractó, pasadas las elecciones, y en la tesitura de la presentación de su informe sobre los resultados, sorprendió con el anuncio de que había entregado una carta lacrada y bajo reserva a miembros del consejo general del Instituto Federal Electoral, de cuyo contenido guardó reserva sin conocerse contenido e intencionalidad.

De la Madrid esbozó en su tesis profesional cierto perfil liberal en los términos teórico-ideológicos en que defendió esta doctrina decimonónica don Jesús Reyes Heroles; en su campaña por la presidencia de México postuló, entre siete, las tesis del nacionalismo revolucionario, la sociedad igualitaria y la renovación moral de la sociedad, pero en el ejercicio del poder sentó las bases de un neoliberalismo tecnocrático, depredador y deshumanizado que a la larga impuso  a los mexicanos una cruel agonía socioeconómica de la que aún no logran emanciparse.

Tuvo, De la Madrid, la virtud de la honestidad intelectual. Esquivó la coartada de que las crisis económica son producto sólo de factores externos y reconoció ineficiencias, ineficacias y corrupción de nuestro  sistema político y económico; desde los primeros días de su mandato anunció sin pliegues ni ambigüedades una economía de guerra que exigía las recurrentes medidas dolorosas pero necesarias y, en política internacional resistió la sentencia de la Casa Blanca: humillar el orgullo mexicano y, a contrapelo, abanderó, con el Grupo Contadora, los esfuerzos de pacificación de América Central.

Rehén de los extranjerizados y extranjerizantes tanques pensantes de la Secretaría de Programación y Presupuesto, De la Madrid fue incapaz de evitar su infiltración en el Partido Revolucionario Institucional, utilizado por sus más cercanos colaboradores, después de hundirlo en la crisis interna,  para instrumentalizar la candidatura de Salinas de Gortari, pero un año ante de su muerte se confesó decepcionado de su decisión de impulsarlo a la sucesión y lo acusó de corrupción, delincuencia y complicidad con sus hermanos Raúl y Enrique, a los que vinculó con el narcotráfico… pero en aquel entonces no tenía yo elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas.

A bote pronto, Carlos Salinas de Gortari y sus compinches  atribuyeron a De la Madrid  locura senil. El ex presidente, escribió Salinas de Gortari, se encuentra delicado de salud. “Al principio (sus familiares) supusieron que se trataba de lo que se conoce como ‘senilidad prematura’, cuyos síntomas principales son pérdida de la memoria y confusión, provocado por el envejecimiento de las funciones de un tejido específico, en este caso partes del cerebro…”. Estas humillantes afirmaciones no obstaron para que el infame grupo y su jefe se presentaran en los servicios funerarios a derramar lágrimas de cocodrilo.

Castro y Castro
Castro y Castro: Varón de una sola pieza

Al extinto diputado Castro y Castro se le recuerda por ser el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que en 1998 votó en contra de consagrar la usura (encubierta bajo el eufemismo anatocismo), pero no impidió que la mayoría de sus pares (que habían renegociado sus deudas con los bancos) aprobara el dictamen que configuró el ruin expolio a miles de deudores que acabaron y algunos murieron en la ruina, después de ver disparado sus débitos geométricamente con la carga de intereses sobre intereses sobre intereses que hicieron humanamente imposible sus pagos. El ministro había actuado también en el caso del asesinato múltiple de Aguas Blancas, Guerrero, que culminó con la defenestración del gobernador Rubén Figueroa Alcocer.

Hacia mayo de 2007, ya como ministro en retiro, Castro y Castro profetizó que, si Felipe Calderón Hinojosa se había hecho con el poder presidencial tomando con comando militar el Palacio Legislativo de San Lázaro para su toma de posesión, con las Fuerzas Armadas intentaría gobernar. El 18 de marzo de 2011, el diputado Castro y Castro, al hacerse público que el gobierno de Calderón había consentido los vuelos de drones estadunidenses (aviones no tripulados) sobre territorio mexicano, y conocerse la introducción de armas a México por agencias norteamericanas, afirmó que resultaba deplorable la actitud de Calderón, porque no cumple con la defensa irrestricta del interés nacional. La soberanía nacional se encuentra afectada… Anunció entonces una iniciativa de reforma a la Constitución para que todo tratado o acuerdo con otros gobiernos sea sometido a la aprobación mediante la consulta ciudadana.

Obviamente, a Calderón le vale lo que un ministro en retiro o un legislador de oposición diga en defensa de la soberanía nacional. Un año después de la crítica de Castro y Castro, allanó la firma para la exploración y explotación de yacimientos petroleros transfronterizos con el Departamento de Estado (USA). Por supuesto, la presidencia de la República se condolió de la muerte de ese respetable mexicano.

Tres compatriotas pues, han marchado hacia el insondable infinito. Tres que tuvieron que ver, unos como actores, el tercero como opinante, en procesos de sucesión presidencial, en los que México ha transitado de la dictablanda a la acerada dictadura crematística y armada.


Vázquez Mota,
¿qué se mueve bajo el agua?


EN 1976, EL PARTIDO Acción Nacional (PAN), ya en  el umbral del neopanismo, se quedó sin candidato presidencial como consecuencia del canibalismo interno. En 1982 abanderó la candidatura de Pablo Emilio Madero, pero éste, después de firmar un texto titulado Las mentiras del PAN,  nominado por el Partido Demócrata Mexicano (PDM) contendió 1994 contra Ernesto Zedillo Ponce de León, proceso en el que el panista Diego Fernández de Cevallos, triunfante en toda la línea en el debate presidencial, aceptó desinflarse.

Sola
Elocuenta ausencia de las multitudes

En 1988, el PAN se acogió a la candidatura de Manuel El Maquío Clouthier del Rincón, al que el panismo dejó colgado de la brocha en su campaña de denuncia contra el fraude salinista. En 2000, antes de que amaneciera, el PAN se topó con la precandidatura  de facto de Vicente Fox Quesada quien, formalizado finalmente, lo hizo ingresar, a medias, a Los Pinos. En 2006, el PAN reingresó por la puerta trasera al poder presidencial con Felipe Calderón Hinojosa. En 2012 ¿?¿?¿?

Para 2012, el PAN, con precisión quirúrgica pinolera, hizo una purga de aspirantes, de suerte que sólo quedaran en la lid dos miembros del gabinete calderoniano, una de origen, a la que se le premiaron sus oficios como coordinadora de la campaña de Calderón en 2006, Josefina Vázquez Mota, y otro de reacomodo en la Secretaría de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, entre los que se coló el rival de Calderón en las internas de 2006, y senador hostilizado con línea vengativa (por la burocracia panista), Santiago Creel Miranda.

Remando contra la corriente digitalizada, la frágil Vázquez Mota, sin embargo acorazada de bolsillo que libró el complejo machista típico de los panistas, se sobrepuso en la contienda interna al inducido fuego amigo disparado por Cordero Arroyo, identificado como candidato oficial, y las razonables-irrazonadas expectativas del ya experimentado en esos menesteres, Creel Miranda.

Siendo de derecha, Vázquez Mota, obsesa de las encuestas contratadas por el mejor postor, empezó su campaña con el pie izquierdo desde que le contrataron el estadio azul -color emblemático de su partido-, donde la muchedumbre hizo sentir su presencia, precisamente por su irritada y prematura ausencia.

Alguien busca la suplencia

Después, en cadena, se repitieron los baches -no estrictamente provocados por la erosión pluvial- en los que, no obstante, a Vázquez Mota ha sido puesta en remojo por los machistas que desearían su suplencia.

Vazquez Mota
Alguien quiere bajarla de la moto

Al margen de los incidentes en la agenda de Vázquez Mota, se diría que normales en una campaña de tamaña envergadura, se ha presentado un megadetalle que no se inserta en el catálogo de casualidades. En canal televisivo, alterno del duopolio, que en los meses previos estuvo empleando los servicios de una encuestadora que insistía en la devaluación de las expectativas del candidato de las izquierdas, pronto fue sustituido por otra que en 2006 le hizo el paro mediático a la opción calderoniana.

Esa encuestadora, cuya irrebatible “metodología” se presenta diariamente en pantalla en tres líneas: mil 150 consultados, miniperiodo de sondeo de 48 horas, margen de error 1/3 por ciento (qué tal), había venido manipulando los resultados pretendiendo implantar impresión de que el combate final sería entre dos beligerantes: El priista enverdecido Enrique Peña Nieto y la señora que se comunica con Dios.

Sumadas las torpezas de la coordinación de la campaña azul, a las que se agregó el desvanecimiento físico de la diminuta contendiente, la encuestadora de marras empezó a dar un viraje a sus resultados. Colocó al originalmente desahuciado candidato de las sedicentes izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, en virtual “empate técnico” con doña Josefina.

Un México ¿diferente?

Ese megadetalle ha sido potenciado y acompañado con los típicos rumores, algunos generados dentro de su propio partido o en las bancadas panistas en el Congreso, reminiscentes de la situación de Luis Donaldo Colosio en 1994, de que la campaña de Vázquez Mota “no levanta”. El calentamiento climático en el interior del PAN se pronostica de marejadilla leve a próximo maremoto, en el que la interfecta no encontraría puerto seguro. Cuando el río suena, dicen los rancheros, es que agua lleva.

Mal asunto, cuando se creía que la democracia “a la mexicana” está preparada para aceptar a una mujer en la presidencia de la República, sobre todo si, en tanto tricolores y amarillos ofrecen desde el cambio a secas hasta el cambio verdadero y los gordillistas prometen un país más próspero, ella postula un México diferente, se supone que diferente al que han legado a nuestros compatriotas sus correligionarios antecesores.

 


 

Silabario del buen candidato

Abominación: Maldición, condena. Los compatriotas abominan la actual guerra mexicana que ha provocado más de 60 mil muertes. También repudian la demagogia.

Ambidextrismo: Capacidad de utilizar ambas manos. En arca abierta, hasta el justo peca. Algunos que ofrecieron “rebasar por la izquierda” a sus adversarios electorales, acostumbran ante las cámaras de televisión firmar sus decretos con la mano izquierda.

Alcoholismo: Gusto consuitinerario por la mexicana alegría. Estado patológico causado por la absorción excesiva y prolongada en el tiempo de bebidas alcohólicas. Cada vez es más creciente la preocupación de los ciudadanos por la situación de la salud de los altos mandos del gobierno y tratan de saber si algunos de ellos se pasan en sus disipaciones, pero no hay poder humano que pueda liberar información al respecto. La respuesta oficial invariablemente es: Inexistente, aunque sólo se trate del inocente Prozac.

Altruismo: Vocación de interés por el prójimo. Como la filantropía, es más auténtico cuando el desembolso se puede deducir fiscalmente, como suelen hacerlo las trasnacionales del comercio que hacen caravana con sombrero ajeno a costa de los consumidores.

SilabarioAmnesia: Trastorno de la memoria, a veces simulado. Vg.: Hay quienes prometen inmediato auxilio a los damnificados de las sequías o los terremotos, pero cuando se cruzan “las reglas de operación”, mejor esperan otro desastre para embaucar a nuevas víctimas.

Androide: Autómata con figura humana. En México se usa el término para describir a los tecnócratas neoliberales. Se les dice robotizados. Es complicado saber si así nacieron o los fabricaron.

Armagedón: Alegoría demoniaca originada en las profecías de Isaías y Ezequiel  que anuncian el juicio final, una vez que el arcángel sublevado contra Dios, Satán, desencadena la última guerra no necesariamente contra el narco. Con base en ese tema, John Milton escribió El paraíso perdido. El escenario se ubicaría en Babilonia. Con frecuencia, algunos sacerdotes terroristas y escritores católicos, Testigos de Jehová, sobre todo, les asestan a los creyentes (malvados pecadores) esa imagen escatológica e identifican al México desenfrenado a causa de los desmanes televisivos como la Nueva Babilonia.

Autismo: Grave enfermedad mental. Se caracteriza, entre otras cosas, por la incapacidad para establecer relaciones afectivas con el ambiente circundante. Afecta a los políticos encumbrados cuando sus electores los ponen hasta la madre pidiéndoles que cumplan sus compromisos de campaña.

Cerebro (lavado de): Imposición de mandatos físicos y psicológicos con el fin de provocar en quien lo sufre desorganización intelectiva y emocional y hacerlo renegar de sus convicciones políticas y religiosas. Se practica en universidades extranjeras, particularmente las de los Estados Unidos, donde se inscriben mexicanos para obtener el cuero de cochi de maestrías, doctorados o, de perdida, un simple diplomado.

Cleptomanía: Impulso irrefrenable que mueve a robar. Con independencia de siglas partidistas, ese padecimiento se vuelve pandemia entre los administradores públicos en cuanto pasan frente a una tesorería gubernamental.

Complejo (de inferioridad): Impulso que mueve al individuo a desviar su inferioridad compensándola con una actividad de tipo real o equilibrado. En los sujetos neuróticos puede darse una hipercompensación con características de comportamiento desequilibradas que se manifiestan, por ejemplo, en sus incesantes apariciones en los medios de comunicación.

Darwinismo: Teoría debida a C. R. Darwin, según la cual las especies animales, incluido el hombre, constituyen el resultado de la evolución que determina la selección natural. Para las iglesias que publicitan al hombre como rey de la creación, esa es una teoría inadmisible. En los Estados adictos a la discriminación en el reparto de oportunidades y de la riqueza, como México, los sociólogos le denominan darwinismo social.

Manía (de grandeza): Convicción de ser persona absolutamente excepcional. En México, esa es la primera desviación sicológica que sufre los presidentes de la República en cuanto toman posesión.

Pantofobia: Estado de miedo generalizado frente a cualquier cosa o situación. Es pariente de la paranoia -grave enfermedad mental en la que se presentan a menudo manías persecutorias o de grandeza. Ambos males se apoderan de los presidentes de la República en México en el último año de su gestión. Así estará su conciencia.

Sociópata: Individuo que presenta tendencias antisociales, relacionadas con factores socioculturales así como constitucionales. Prohibido permitirles que se crucen la banda presidencial.

Suero (de la verdad): Sustancia que se introduce por la vía venosa y reduce el control consciente, permitiendo con ello conseguir información que de otro modo el sujeto no proporcionaría. Es más efectivo que el detector de mentiras. Sería recomendable su uso en los candidatos a la presidencia de México que se niegan a esclarecer su situación patrimonial y su origen.



More articles by this author

Urge restaurar el Estado constitucionalUrge restaurar el Estado constitucional
  Urge restaurar el Estado constitucional Abraham García Ibarra SI LE QUITAMOS algunas...
Friedman sigue hospedado en Palacio NacionalFriedman sigue hospedado en Palacio Nacional
  Friedman sigue hospedado en Palacio Nacional Abraham García Ibarra   CONSTA, en los...
Comentarios (0)Add Comment
Escribir comentario
 
 
corto | largo
 

busy
¿Quién está en línea?
Tenemos 701 invitados conectado(s)
Noticias
273 Suplemento
Banner
454
Banner
453
Banner
452
Banner
451
Banner
450
Banner