Edición 261 |
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Y usted ¿Ya tiene su escapulario?
De súbito, el Museo Nacional de AntropologÃa e Historia (MNAH) simbolizó el    reconocimiento de que el miedo no anda en burro. Según una de las voces de ganso del gobierno, la muy frecuentada institución insignia de la cultura mexicana fue descartada -¿por quién? ¿Por el Estado Mayor Presidencial?- como sede del diálogo entre deudos de las vÃctimas de la guerra calderoniana y el comandante supremo que la dirige, “por motivos de seguridadâ€. A partir de ese momento, los entusiastas heraldos del virrey trompetearon, como si se tratara de un fasto excepcional, que el encuentro -¿feliz?¿venturoso?, que tal cosa es un fasto- se realizarÃa en el Castillo de Chapultepec; el mismo que, con sus nostálgicos ayeres de rigodones y melenas empolvadas, en el sexenio pasado fue el recinto favorito de la pareja presidencial para representar su vocación snob -sin nobleza. La ocasión, en estricto rigor, era luctuosa, pero los directores de escena la quisieron televisar como un reality show matinal, Nomás faltó que invitaran a Galilea como maestra de ceremonias.
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Los convidados al castillo por la presidencia de la República, fueron los lÃderes de la Marcha por la Paz con Justicia y Dignidad y la legión de familias en luto y orfandad. Es cierto que no pocas voces se han pronunciado por el armisticio, pero los activistas en resistencia lo que demandan expresamente es PAZ. Y resulta que en la mesa no estuvieron los secretarios de la Defensa Nacional y de la Armada de México (ministros, pues, de guerra). Exigen JUSTICIA, pero ni el Poder Judicial de la Federación ni los correspondientes de los estados fueron convocados a escuchar el clamor. De lejos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación envió un mensaje de respeto a quienes pugnan por la erradicación de la violencia y declaró sus coincidencias en la necesidad de fortalecer el respeto a los Derechos Humanos y el sometimiento de todos los actos de la vida pública a la ley, como única forma de consolidar un Estado democrático y de paz para beneficio de todos los mexicanos.
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Cuando candidato en campaña, el actual comandante supremo de las Fuerzas Armadas alardeó de que rebasarÃa a uno de sus contrincantes por la izquierda. Ahora, desde su sitial en la mesa del Castillo de Chapultepec, lo que hizo fue manotear con la izquierda como gesto de intimidación a sus interlocutores, y afirmar su tentación de infalibilidad, sentenciando que el más conspicuo de esos interlocutores -tuteado como si fuera un niño- “está equivocadoâ€. Entre otras solicitudes, este interlocutor pidió al comandante supremo de las Fuerzas Armadas que viera bien los rostros de los otros; que busque bien sus nombres, y escuche sus palabras. “Estamos una representación de vÃctimas inocentes. ¿Le parecemos baja colaterales, números estadÃsticos: el uno por ciento de los muertos…?
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¿Quiénes son los
miedosos anónimos?
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El comandante supremo de las Fuerzas Armadas, concedió, sin embargo, una confesión de arrepentimiento, si bien altiva: “De lo que, en todo caso, me arrepiento -dijo en parte de su perorata- es de no haber enviado antes (a las fuerzas federales) a combatir criminales que nadie combatÃa, porque les tenÃan miedo o porque estaban comprados por ellosâ€. Ese antes, ¿qué implica? ¿Antes del mes de diciembre de 2006 en que declaró la guerra? ¿Cuánto antes? Como que ya desde antes traÃa la sangre caliente.
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De otro lado, si uno revisa las biografÃas de los altos mandos en la estructura de las Fuerzas Armadas, la media de edad rebasa los 50 años; muchos de ellos con más de 20 o 30 años como activos de esas corporaciones militares. Estos altos mandos ¿no combatÃan antes a criminales? Hace falta saber quiénes son los que le tenÃan miedo a los criminales, porqué, si éste es el caso, no merecen estar en el Ejército o la en Armada, que exigen un mÃnimo de valor o valentÃa, entre otros atributos. O quiénes se dejaron comprar por los criminales. En última lectura, ¿por qué no se nombra a los miedosos y a los corruptos, y de una buena vez por todas se les pone en manos de la justicia? No hacerlo, cuando se es tan categórico en el señalamiento, puede tipificarse como encubrimiento.
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Por lo demás, el diálogo y los diálogos que vengan tienen ya una conclusión anunciada desde hace tiempo: Las tropas permanecerán en las calles hasta el último dÃa del sexenio; mÃnimo. Las tendremos, pues, durante el mes de julio de 2012 en que deben realizarse elecciones generales para la formación de los poderes de la Unión. Hacen falta más escapularios rosarios.
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México bajo fuego: En las horas durante las cuales permaneció instalada la mesa de Chapultepec, en Chihuahua, Guerrero, Sinaloa, Nuevo León, Jalisco y Colima seguÃa corriendo la sangre. A las cinco de la mañana del 24 de junio, la más madrugadora de las estaciones noticiosas, Televisa Monterrey, empezaba el conteo de muertos de fin de semana.
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