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Edición 247
Escrito por JUAN RAMÓN JIMÉNEZ DE LEÓN   
Martes, 30 de Noviembre de 2010 11:58

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Desde donde amigo vengo…

Pistas para conocer

el narcopoder

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ DE LEÓN*

 

Mi primera aproximación con la narcoeconomía se dio desde los años setentas, cuando este escribano era profesor de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM, y en ese entonces experimentábamos el co-Gobierno (una especie de soviet académico) y poníamos como coordinador al profesor José Luis Ceceña Gámez, de Mazatlán, Sinaloa, maestro normalista titulado en la Escuela Nacional de Maestros y licenciado en la Escuela Nacional de Economía (hoy Facultad) de la UNAM, con estudios de posgrado en The American University, Washington, D.C., EUA. Investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM desde 1961, fue profesor titular de la Escuela Nacional de Economía (hoy Facultad) de 1944 a 1977, director de la Escuela Nacional de Economía de la UNAM de 1972 a 1977 (durante su gestión se logró la transformación de la Escuela en Facultad), y director del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM de 1980 a 1986. Obras publicadas: El capital monopolista y la economía mexicana, 1963 (traducido y publicado en ruso.)  México en la órbita imperial y El imperio del dólar.

El grupo sinaloense subía al poder en la escuela, entre ellos Pablo Gómez, Fausto Burgueño, y José Luis Ceceña Cervantes, entre otros; en la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) subía al poder ese mismo grupo con el rector Arturo Campos Román. Entonces Pablo Gómez, hoy poderoso senador del PRD, me invitaba a integrarme a la UAS, lo cual me gustó pues era entonces desconocido para mi, integrarme de tiempo completo a una universidad joven y dinámica, me llevé mis cosas a Sabinas, Coahuila (mi tierra chica) y desde ahí empecé a  recorrer grandes espacios, pues trasladarse desde el profundo Norte al Pacifico era una aventura de tres días de manejar, primero amaneciendo, para evitar los enormes calorones del desierto coahuilense, hasta llegar a Torreón, tomar aliento y alimentos, después manejar hasta Durango, el cuarto estado mas grande del país (Coahuila es el tercero, solo Chihuahua y Sonora son mas grandes), llegar a dormir a Durango, tierra auténtica de alacranes, había que fijarse debajo de las camas esperando no encontrarse con alguno de estos bichos altamente peligrosos; luego tomar aliento de nuevo, al día siguiente para cruzar la gigantesca Sierra Madre Occidental, con paisajes tan bellos, jamás imaginados, llegar a la zona de desfiladeros, que llevaba unas seis horas de manejo cuidadoso, llegando el clímax hasta lo alto de la sierra, en el llamado Espinazo del Diablo, situado a tres mil metros de altura; en invierno, con temperaturas de 10°C bajo cero. De noche, se miraba el Pacifico y se veían las luces del hermoso puerto de Mazatlán.

 

 

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Luego vendría el descenso, con cerca de 200 curvas, una tras otra, hasta llegar a dormir al puerto, especialmente a la moderna zona hotelera del Sábalo; ahí por lo general me quedaba unos tres días en ese paraíso terrenal, en una de las bahías mas grandes y amplias del mundo. Después, ya el ultimo tirón, el viaje a Culiacán, capital del estado de Sinaloa, uno de los mas fértiles de la costa del Pacifico Norte. Cuando llegue por primera vez, la gente local me mandó a buscar departamento en la colonia Tierra Blanca, que como su nombre lo indica, es zona de narcos. Hoy, Culiacán es conocida como la Narcopolis de México. Son famosos los narcos como el Señor de los Cielos, Amado Carrillo Fuentes; los Beltrán Leyva, los Arellano Félix, y el más rico de ellos: El Chapo Guzmán, considerado miembro exclusivo de la Famiglia Forbes.

En fin, pronto me alojé en unos departamentos modernos de Rio Piaxtla y Boulevard Obregón, Colonia Guadalupe, casi enfrente a la Casa de Gobierno, en una exclusiva zona residencial de Culiacán, relativamente cerca de la UAS, en donde la izquierda se fragmentaba, como siempre, en tres poderosos bloques: los más radicales, Los enfermos (del virus rojo de la revolución), seguidores de las teorías de Yuri Andropov, ex jefe de la KGB y luego brevemente Primer Ministro de la URSS, quien planteaba que para derrotar a los Estados Unidos, sólo se podría hacer con mojados y con droga. De ese grupo estudiantil saldría el Cártel de los Arellano Félix, asentados en la ciudad de Tijuana. Luego, otro grupo estaba formado por las huestes del Partido Comunista coloquialmente conocido como Los pescados, grupo que lideraban los estudiantes Liberato Terán y Audomar Quintero, quienes continuamente invadían las tierra del magnate Manuel Clouthier, luego un icono del panismo bárbaro del norte, y el otro grupo, liderado por maestros como José Luis Ceceña Cervantes, Fausto Burgueño y Silvia Millán, llamados José María Morelos, al que coloquialmente le denominaban Los chemones, el grupo radical de ultra-izquierda,

 

 

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Chapo Guzmán.

Los enfermos, también traía las ideas de la Universidad-fabrica, en donde planteaban que en la universidad se reproducían las ideas capitalistas y se creaban los cuadros administrativos de la burguesía en el poder, y por lo tanto había que boicotear el proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello se robaban los gises y los borradores, manchaban los pizarrones, destruían el mobiliario, ponchaban las llantas de los profesores, rompían las líneas telefónicas, reclutaban a las chicas más bellas, para distribuir la droga. En fin, un anarquismo estudiantil nihilista que bien pudiera caber la idea  de que le hacían el juego sucio a la ultra-derecha que deseaba controlar la universidad, algo que con sus propias diferencias en el tiempo y espacio, sucedió con la UNAM en 1999, que estuvo cerrada por varios meses, y en donde las aulas fueron casas de los grupos marginales que querían acabarla para crear ahí unidades habitacionales de los llamados pedregales (zonas marginales alrededor de la UNAM). Este (ahora yo) profesor se les opuso firmemente y en ambos casos fue vapuleado virulentamente, porque consideramos esas políticas como infantilismo de izquierda y porque las universidades publicas son espacios abiertos para el debate de las ideas.

Ambos grupos radicales terminaron siendo cooptados por la izquierda partidista, el PRD, y Los enfermos se trasladaron a Puebla y Monterrey, donde iniciaron la llamada narco-guerrilla, muy clara en el caso de los Arellano Félix. Este académico, para evitar confrontaciones con cualesquiera de las tres corrientes, se dedicó a dar clases de Estadística, de Matemáticas Económicas y Financieras, y de Programación Lineal y Métodos Cuantitativos como la matriz de insumo-producto (Input-Output), que estaba de moda, debido al Premio Nobel de Economía 1973 a Wassily Leontieff, quien luego sería mi maestro, junto a grupos de más de 100 estudiantes de posgrado, integrados por estudiantes de la CUNY (City University of New York), el Hunter College de la Universidad de Columbia, de la NSSR (New School for Social Research) y la NYU (New York University) en donde impartía sus clases, apoyadas por la PNUD de las Naciones Unidas,  metodología  que José Luis Ceceña Cervantes había traído desde su posgrado en Polonia,  que estaba especializado en Planeación Regional y que pensaba aplicarla a la realidad sinaloense, y que el gobierno de Luis Echeverría calcularía para 1975 y José López Portillo, actualizaría para 1978 y 1980. Los neoliberales que llegaron después al poder, quemarían las instalaciones del INEGI (que era el encargado de desarrollarlas) para que esa herramienta de planeación regional, sectorial y nacional, no fuera jamás aplicada en el país. Ahí están todavía en los espacios abandonados de Eje Central y Arcos de Belem, en el DF, los signos de los brujos con doctorado en las universidades de la Ivy League (Harvard, Yale, Stanford, Chicago, Princeton, MIT), que en su lugar promoverían los modelos econométricos de Wharton (WEFA-Wharton Econometrics Forecasting Associates) de la Universidad de Pensilvania que dirigía el profesor Lawrence Klein, Premio Nobel de Economía 1980, luego denominada en México, CIEMEX-Wharton, basada en el ITESM-Campus Chihuahua. En cuanto a la matriz de Leontieff, es tan interesante porque muestra la Contabilidad Nacional, el movimiento de los insumos, la planificación de los mismos, el cambio tecnológico y sirve como herramienta de predicción.

 

 

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Por ello, los tres grupos de poder de la UAS, convivían plácidamente en clases y si acaso algunos puyazos cuando no podían resolver los problemas en el pizarrón, que siempre estaba libre de manchas, siempre había gises y borradores; las butacas estaban correctamente, y jamás me poncharon las llantas a mi automóvil. Logramos tener el aprecio y deferencia de todos ellos, inclusive de los grupos empresariales de la CAADES (Confederación de Asociaciones Agrícolas de Sinaloa) que estaban impulsando un gran corredor agroindustrial entre Culiacán y Los Mochis. en donde se le estaba dando valor agregado a cultivos como el tomate (pasta de tomate, tan utilizada en los barrios italianos de Nueva York y Chicago), o bien el envase de los mismos, para exportación a los mercados de Norteamérica y de Oriente (China y Japón).

En esas conocí el pequeño poblado de Navolato, en aquel entonces dedicado a la producción de caña de azúcar, y que se localiza a la mitad del camino, entre Culiacán y las bellas playas del Tambor, llamadas también de Altata. Navolato se hizo famoso por ser la ciudad natal del Señor de los Cielos y del libro mas profundo sobre la Economía Política de las Drogas en México, plasmado en los trabajos de investigación periodistica de Jorge Alfredo Andrade Bojorges, denominado La historia secreta del narco, Desde Navolato vengo, de Editorial Océano, y publicada en 1999. Libro que habla desde las épocas mismas del origen del narco (en la época colonial 1834, cuando empezó a llegar el opio de China a las playas de Altata, de donde nació el primer cartel de Heraclio Bernal (a) El Rayo de Sinaloa, quien luego se politizaría y sería, al igual que Francisco Villa, un revolucionario, impulsor del Movimiento por la Restauración de la Constitución de 1857). La droga siempre fue manejada desde Guadalajara, en donde el autor escribe que en 1979 nace el narco-poder, con el cártel de carteles de la droga, el de Amado Carrillo Fuentes. Claro, el título de cártel más antiguo se lo disputa el de Los Herrera, de Durango, encabezado en los años 40s por Juan Herrera Nevares, de Santiago Papasquiaro, Durango.

La Revolución creó las condiciones para el surgimiento de nuevos caciques revolucionarios como Gabriel Leyva Velázquez (cardenista),  con influencia en toda la región de Culiacán, y Pablo Macías Valenzuela con poder en Guasave y Los Mochis (obregonista), y Pedro Avilés, llamado El león de la montaña, con gran influencia en las zonas serranas de Sinaloa, Durango y Sonora, el llamado Triangulo Dorado de la Droga y del Oro. Recordemos que Álvaro Obregón persiguió duramente a los chinos por el trafico del opio; sin embargo, sus subordinados eran traficantes del mismo, como los fueron las gentes de Pedro Avilés, Ernesto Fonseca Carrillo (tío de Amado Carrillo), nacido en Culiacán, y que controlaba todo Sinaloa, en Durango estaba Jaime Herrera Nevares, del Cartel de los Herrera, (actualmente muy cercanos a los Bush, a  través de Patricia Herrera, viuda de Rafael Herrera, comadre de Georgette Mosbacher, esposa de Robert Mosbacher, secretario de Comercio, firmante del TLC o NAFTA, con George Bush padre); y en San Luis Río Colorado, Sonora (frontera con USA), operaba Miguel Urias Uriarte.

 

 

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Amado Carrillo Fuentes

 

Los americanos siempre han querido controlar la oferta y la demanda de las drogas, tan necesarias para sus marines en las guerras continuas de Europa, Corea, Vietnam, Irak y Afganistán. Por ello el modelo Sinaloa es tan importante de estudiar y comprender a fondo, dado que el cártel más cercano a la presidencia (espuria) de Felipe Calderón, es el de Sinaloa, de El chapo Guzmán.

Regresando a los escritos de Andrade Bojorges, menciona (p.58) que Avilés Pérez, se inició introduciendo heroína  ilegalmente a Arizona y California, y fue el primer mexicano en traficar cocaína, adelantándose a su tiempo, trayéndola de Ecuador y Perú, pero los órganos de inteligencia americanos ya habían diseñado desde entonces (estamos hablando de los años 30s), que la producción de cocaína sólo se concentrara en un solo país, Colombia. En esa época, los policías de narcóticos de EUA, le mandaron decir, que podía introducir toda la cocaína que quisiera, siempre que fuera de Colombia, y que el dinero obtenido sólo se podía quedar en los Estados Unidos como inversión productiva (a eso le hemos llamado  narco-nacionalismo).

En la década de los 40s los militares estaban divididos entre los que apoyaban a los Estados Unidos y los que apoyaban a los nazis, independientemente de las luchas internas entre cardenistas y obregonistas. Recordar que el encargado de las drogas en el sexenio de Cárdenas era el doctor José Siurob, secretario de Salubridad; es decir, el negocio existía como una empresa paraestatal que invertía los dineros del narco, en obras de infraestructura y desarrollo rural. Eso recientemente lo mencionó Everardo Espino, economista del Tec de Monterrey, entonces director general de BanruraL; la CNC (Confederación Nacional Campesina) también estaba en el juego del narco. Como lo menciona el autor, el general Teófilo Álvarez Borboa aplicaba los mismos métodos de los militares: ofrecía ayuda, amistad, apoyos y protección a cambio de un porcentaje de los narcodólares, siempre y cuando los dineros se invirtieran en el campo.

Así lo entendió Gabriel Leyva, gobernador de Sinaloa, quien separa a los militares del control de la “goma de la amapola” y entrega el negocio a su compadre Leopoldo Sánchez Celis, quien luego sería gobernador y quien extendería los lazos del narcotráfico a Brasil. Su hijo, Leopoldo Sánchez Duarte, sería luego líder de los estudiantes de la Facultad de Derecho de la UNAM y encabezaría el movimiento  (narco) estudiantil de 1966, para derrocar de la rectoría al doctor Ignacio Chávez, un prestigiado medico cardiólogo, considerado de izquierda. De ese establo ideológico viene el actual rector Narro, originario de Saltillo, Coahuila.

Sánchez Duarte sería posteriormente delegado en Coyoacán, el barrio universitario del DF. La revista Nexos, de mayo del 2007, tiene estos interesantes párrafos escritos por Héctor Aguilar Camín, llamados  Narco-historias extraordinarias (http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=73) , documento que recomiendo se debe de leer completo para darle contexto y validez total a lo escrito por Bojorges: “En noviembre de 1947, el periodista Armando Rivas narra en Excélsior que durante una gira de funcionarios de la Procuraduría General de la República por Sinaloa, el gobernador Pablo Macías Valenzuela es mencionado ‘por mucha gente como uno de los cabecillas de la banda de traficantes de drogas’. En los archivos de la Secretaría de la Defensa hay la constancia de un juicio militar contra Macías Valenzuela por la autoría intelectual del homicidio de Loaiza. El tribunal militar lo halla culpable, pero la ruleta política favorece al general, quien es nombrado comandante de la primera zona militar, la más importante del país. No se sabe qué fue del juez militar que lo declaró culpable. Al final de su vida, el general Macías Valenzuela recibe la medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado de la nación al mérito ciudadano……Durante la Segunda Guerra Mundial las batallas en el frente oriental cortan el flujo de amapola y hachís que viene a Occidente de Turquía. Las drogas turcas son materia prima de la morfina, alivio insustituible de los hospitales de guerra. Para suplir la ruta turca, Estados Unidos llega a un acuerdo secreto con México: ampliar los sembradíos silvestres de amapola de la Sierra Madre Occidental. La sierra sinaloense se llena de instructores no oficiales de los dos países que enseñan a los pueblos a sembrar amapola. La amapola cunde, la prosperidad llega con sus brillos dorados a los pueblos perdidos de la sierra.

“Un día la guerra termina y los gobiernos deciden que no hay razón para seguir las siembras. Levantan el campo, declaran ilegal lo que han creado y se van. Pero lo sembrado sigue ahí. Los particulares reemplazan a los gobiernos y el auge de la amapola toma su propio rumbo en Sinaloa. El jefe estadunidense del combate a las drogas, Harry Aislinger, advierte en la posguerra contra “los bribones que tratan de convertir a México en una fuente de drogas”. Aislinger dice que Lucky Luciano, a través de Bugsy Siegel, el legendario inventor de Las Vegas, financia la siembra de adormidera en Sinaloa. La refinancia, en realidad, luego de que los gobiernos la han inventado…”

Y sigue escribiendo Aguilar Camín… “En el año del olvido de 1952, el general Miguel Henríquez Guzmán es candidato a la presidencia de la República por una Federación de Partidos del Pueblo. La candidatura termina en una matanza en la Alameda Central de la ciudad de México. Los henriquistas son perseguidos, presos, muertos. Uno de los presos es Enrique Peña Bátiz (padre de Enrique Peña Nieto), presidente de la Federación de Partidos henriquistas. 33 años después de aquellos hechos, Peña Bátiz le cuenta al reportero Elías Chávez de Proceso: “Fue durante el gobierno de Leopoldo Sánchez Celis, entre 1963 y 1969, cuando surgió abiertamente en Sinaloa el tráfico de drogas. Sánchez Celis empezó a rodearse de pistoleros. Uno de ellos fue Hugo Izquierdo Hebrard (ven la importancia de llamarse Ebrard}. Yo conocí a Hugo Izquierdo en la cárcel de Lecumberri. Él estaba preso por la muerte del senador Mauro Angulo; yo por el movimiento henriquista. Salí de la cárcel y regresé a Culiacán. Un día entré al bar El Quijote y me encontré con un funcionario de Sánchez Celis que había sido alumno mío. Me invitó a sentarme a su mesa. Lo acompañaba una persona que me preguntó: ‘¿No me conoces?’. ‘Sí’, le dije. ‘Eres Hugo Izquierdo Hebrard’. ‘Cierto’, me dijo. ‘Pero aquí soy el capitán José Chávez. El gobernador me excarceló y me trajo a trabajar con él. Oficialmente colaboro en el Plan de Superación Campesina, pero, como todavía estoy sentenciado, necesito actuar con otro nombre’. Estaba bebiendo brandy con cerveza. Se le subió pronto. Sacó una pistola nuevecita y me la ofreció. Le dije que no usaba armas, pero él insistió. Luego me pidió que lo llevara a su casa y empezó a preguntarme por los narcos de aquí, de Sinaloa. Le dije lo poco que sabía. Luego estuvimos recordando nuestra época en Lecumberri. A mí me detuvieron dos personas: el ahora director del Reclusorio Norte, Jesús Miyazawa, y un asesino europeo que se hacía llamar Jorge Lavín, a quien la Federal de Seguridad habilitó como agente.

“En ese tiempo asesinaron a Marco Antonio Lanz, el primer mártir del henriquismo. Izquierdo Hebrard me dijo, en la cárcel, que Lavín lo había matado. Me ofreció vengarlo. Le dije que no, pensé que era una trampa. Esa noche en Culiacán, cuando lo llevaba a mi casa, le recordé a Izquierdo Hebrard su ofrecimiento. Me contestó: ‘No quisiste entonces, pero si quieres lo hago ahora’. Lo que quiero decir es que Sánchez Celis estaba rodeado de pistoleros. Fue durante su gobierno cuando en Sinaloa surgieron abiertamente el narcotráfico y la violencia. Fue la época en que se inició Miguel Ángel Félix Gallardo, a quien Sánchez Celis hizo su ahijado: lo apadrinó en su boda. Años más tarde, Félix Gallardo apadrinó a su vez la boda del hijo menor de Sánchez Celis, Rodolfo Sánchez Duarte. Yo no puedo asegurar que Sánchez Celis sea narcotraficante, pero sus tratos con los narcos son evidentes“.

Y concluyo con este párrafo, recomendado leer con detenimiento lo escrito por Aguilar Camín… En 1986 la DEA recluta un informante que ha trabajado en la DFS entre 1973 y 1981. Ha sido contratista, consejero en finanzas y proveedor de armas de Miguel Nazar, cabeza de la DFS (Dirección Federal de Seguridad). Según ese informante, a mediados de los años setenta, cuando las bandas de Sinaloa se hacen la guerra unas a otras, además de la guerra que tienen con la policía y con el ejército por la Operación Cóndor, los comandantes Esteban Guzmán y Daniel Acuña, ambos de la DFS, van a ver a los jefes narcos Félix Gallardo y Ernesto Fonseca, Don Neto. Les aconsejan cuatro cosas: 1) poner fin a su guerra intestina, 2) montar una base de operaciones en Estados Unidos, 3) salir de Sinaloa, 4) guarecerse en Guadalajara… la ciudad tapatía que desde la Colonia es la ciudad que mueve los hilos de la telaraña de la narco-política. Si se fijan ustedes: por qué Monterrey esta bajo acoso del narcotráfico y por qué Guadalajara está en una relativa calma. Aquí conviven ahora el narco y El Yunque. El narco es ya una arma de control del fascismo panista.

* Economista, académico y periodista

www.yumka.com

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