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Edición 223 | ||||
Escrito por Guillermo Fárber | ||||
Martes, 01 de Diciembre de 2009 17:44 | ||||
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De Nigris
ME QUITO EL SOMBRERO ante ese glorioso chavo que prefirió morirse practicando aquello para lo que lo mandó Dios al mundo, patear la pelota, que marchitarse en el sedentarismo forzado, como le exigen ahora algunos hiper imbéciles. A mí, que vi a a mi padre, un ser de la movilidad perpetua, baldado en cama por 15 años, ¡me revienta la madre esa gazomeñería de las “buenas conciencias” que santurronamente claman semejante estupidez! Entre esos hiper imbéciles ocupa lugar destacado el periódico deportivo cuya primera plana es el rostro del chavo y la siguiente hipócrita leyenda: “Toño de Nigris sabía que estaba enfermo del corazón, pero decidió seguir jugando a pesar de las advertencias.” Y a continuación hace la pegunta más estúpida del año: “¿Quién le permitió jugar?” ¡Él mismo se lo permitió, idiotas! ¿O qué, creen que el mismo De Nigris habría aceptado el destino que, según estos farsantes, le convenía: 70 años más de “actividad moderada”, sillita de ruedas y cero emociones, estrés y adrenalina? No, señores ñoños de las graderías, señores de hielo pudibundo, señores sin corazón y sin sangre en las venas, De Nigris tomó la decisión acertada para él, como lo han hecho y lo seguirán haciendo infinidad de personas valientes, sensatas, congruentes. Como mis tíos Álvarez y Rivera o Ikram Antaki o tantos otros, que prefirieron desoír las ramplonas cantaletas de sus médicos, que los condenaban a una vida vegetal, y continuar su vida normal a pesar de las protestas de sus ventrículos deteriorados. Típico hípico EL TIPO ESTÁ SENTADO tranquilamente en la sala de su casa, leyendo su periódico, cuando su esposa llega furiosa de la cocina y le revienta un sartenazo en la nuca: ¡ZAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSS! “¡Carajo! ¿Qué te pasa? ¿Ya empezaste con tus locuras?” “¡¡¡Encontré este papelito en el bolsillo de tu pantalón con el nombre de 'Marylou' y un número!!!” Sobándose la cabeza, el tipo responde: “Ahhhhh… ¿Te aceurdas del día que fuí a la carrera de caballos? MASRYLOU ERA EL CABALLO al que aposté y el número es lo que estaban pagando por la apuesta.” Satisfecha y apenada, la mujer se retira pidiendo mil disculpas. Días después, estaba él nuevamente sentado en santa paz cuando ¡¡¡¡ZAAAAAAAAAAASSSSSSS!!!! Recibe un nuevo golpazo, esta vez con una olla a presión. Adolorido y asustado, él grita: “¿Qué carajos? ¿Ahora qué te traes, loca?” “¡¡¡Llamó tu caballo, infeliz!!!” Moraleja: No hay que darle el teléfono a los caballos. ESTUVE UNOS DÍAS en esa hermosísima joya urbana. Fui con Rosamaría a Aplausos y chiflidos: Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla Consultas: www.buhedera.mexico.org More articles by this author
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