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Edición 213

  • México enfrenta su peor recesión
  • Rania, reina del malabarismo
  • El extraordinario poder de Carlos Slim

   LA TORMENTA FINANCIERA internacional desnudó dos de las principales carencias de México, que en una época de bonanza, fueron sus principales motores de crecimiento. Las críticas hacia el Gobierno, Guillermo Ortiz, Agustín Carstens, los políticos y los empresarios, arrecian día a día. La primera carencia es nuestra excesiva dependencia de los Estados Unidos (¿nuestro principal socio comercial y a qué precio?) y el destino del 87% de nuestras exportaciones. Por supuesto, la caída de la economía estadounidense afectó, además, el envió de remesas de nuestros compatriotas y congeló la inversión extranjera directa que ha disminuido más allá del 30%. De esta forma, entre enero y lo que va del año se ha producido una salida de capitales de alrededor 4.500 millones de dólares.
   La segunda carencia es la caída del precio internacional del petróleo. Fuentes de la Secretaría de Energía calculan que PEMEX ha perdido ¡un 60% de ingresos debido a la bajada del crudo¡ Sé que la petrolera estatal aporta casi el 40% de los ingresos tributarios de nuestro gobierno, por lo que el presupuesto fiscal del 2010 necesariamente deberá ajustarse “en función de estos recortes”. Sí, hablo de un cuadro sumamente preocupante que se completó con el brote de gripe A que paralizó México durante tres semanas a finales de abril (¡y este brote se reavivará próximamente¡). Para los que no estén enterados, las cifras oficiales indican que el cierre de comercios, escuelas, industrias, restaurantes, cines, teatros, etcétera, durante estas semanas generó pérdidas económicas que superan los 3.000 millones de dólares, equiparables a una disminución del 0.4 del PIB mexicano. El brote de influenza en el sector turístico generara una pérdida de otros 3.000 millones de dólares. Con estos datos, Felipe Calderón elevó sus previsiones de caída al 5.5 del PIB para 2009, desde el 4.1% pronosticado antes del brote de la nueva cepa de la gripe. Y estos datos son lapidarios, si agregamos el narcotráfico, la violencia en todo el país, los secuestros, la actitud negativa de millones de mexicanos ante los problemas actuales y los que se avecinan. Sí, vivimos “en cuarentena”. Los datos son lapidarios: nuestra economía se contrajo en un 8.3% durante los primeros cuatros meses de este año, el peor retroceso desde 1995, cuando el desplome de nuestra estructura productiva contagió a toda Latinoamérica con el célebre Efecto Tequila. Éramos uno de los países emergentes que tenía mejores perspectivas antes de que estallara la crisis mundial. Hoy, tenemos un largo camino por recorrer para ¿volver a situarnos en la primera división de las economías? Ustedes tienen la palabra.

Tarea titánica

   LA REINA RANIA subraya que “islamismo y modernidad son compatibles”. Esta hermosa reina de Jordania desde hace una década --fue entronizada por su marido, el rey Abdalá II--, es también coronel del Ejército y una mujer de muchas caras. Sé que esta es reina también del glamour, por sus atuendos y complementos millonarios de los diseñadores más afamados sólo al alcance de los ricos entre los ricos. Y la menos conocida Rania es la del activismo en favor de la educación pública en su país, de las campañas de vacunación, la luchadora contra la lacra de los crímenes de honor.
   En Nueva York, en el feudo La Grenouille, departí con ella, Karen Levy (diseñadora), Jack Summers y Gwyneth Paltrow, ganadora del Oscar de la Academia. Allí confesó que “siempre sin velo, aunque recite cinco veces al día el Corán, me desdobló en infinidad de organismos internacionales y fundaciones”. Es asidua asistente a la conferencia anual de Davos y no es de las que aguanta inactiva a la sombra del marido, el príncipe con quien se casó en 1993, seis meses después de conocerle en una cena, y con quien ha tenido cuatro hijos. Rania habla un perfecto inglés --estudió en esa lengua en un colegio de Kuwait-- porque su vida fue muy diferente a la de tantos exiliados y refugiados palestinos. Hija de un médico de Tulkarem (Cisjordania), fueron expulsados del emirato en la primera guerra del Golfo (1991) y se instalaron en Ammán. Se licenció en Administración de Empresas por la Universidad de El Cairo, y trabajó brevemente en Citigroup y en Apple. Desde sus oficinas --tiene un pabellón propio en el amplio complejo residencial de Ammán-- se lanzó a tumba abierta contra los estereotipos a difundir la imagen de que el islam no es incompatible con la modernidad. Una tarea titánica. En marzo de 2008 creó un canal en YouTube para dirigirse al mundo al modo de las estrellas de la televisión norteamericana. Allí ofrece razones para explicar la iniciativa: “Porque cualquier cosa que pueda hacer la reina Isabel, yo puedo hacerla mejor”; “porque estaba cansada de la gente que piensa que Jordan (Jordania) es sólo un jugador de baloncesto”; “porque lo que sabéis sobre los árabes no debería proceder sólo de Jack Bauer”. Bauer (Kiefer Sutherland) es el agente de la serie de televisión 24, en la que árabe y terrorista vienen a ser sinónimos. Londres es la ciudad favorita de Rania. Sí, la de los paseos de incógnito y sus orígenes no están tan presentes. En la televisión oficial jordana falsearon una imagen: colocaron mangas a unos brazos desnudos. Demasiado para un reino anclado en el conservadurismo moral y político. Su esposo reina y gobierna. La democracia está lejos.

“Por supuesto que es buena, pero no puede ser una imposición, debe hacerse en Jordania”, indicó. Cuenta un diplomático que la conoce, que “a la reina tampoco le falta un punto déspota en su relación con los empleados de palacio”. Finalmente, Rania hizo una crítica: “O los derechos humanos no son universales, o los palestinos de Gaza no son seres humanos”.

Redes del imperio

   AL PUNTO. SI UNO HABLA de un retrato fiel del poder que ejerce el empresario Carlos Slim, es recordar su participación en el Foro México ante la Crisis: ¿Qué hacer para crecer?”, que organizó el Congreso de la Unión. Me refiero a un foro convocado con gran pompa y que tuvo lugar durante tres semanas con la participación de decenas de importantes ponentes mexicanos y extranjeros: ex presidentes, gobernadores, legisladores, economistas, secretarios de estado y una pléyade de empresarios. Sin embargo, la memoria colectica y mediática recuerda sólo la participación de Slim, sus advertencias y su posterior confrontación con el gobierno del presidente Calderón.
   Si me refiero a los reflectores mediáticos sobre Slim diré que no son obra de la casualidad. Todo mundo sabe que Slim acumula un poder perturbador. Y no hay que ser magos. Ese viejo dicho que los colegas añadían al nombre de Slim (rey Midas, “todo lo que toca lo convierte en oro”) fue rebasado enormemente. Y los analistas de Semanario se preguntan: “¿cómo impacta la acumulación de poder individual en México cuando nos referimos a la democracia y las libertades hacia el futuro?” Pedro Salazar Ugarte (investigador de la UNAM) apunta que “el poder se convierte en un problema cuando comienza a acumularse”. En un proceso acumulativo se aumenta la capacidad para condicionar comportamientos de miles o millones de personas. Ugarte agrega que “el acopio de poder se puede traducir en una potencial pérdida de libertad para los otros”. Algunos sociólogos indican que “el tradicional entorno de los negocios ya no contiene a Slim”.
   En estas redes del imperio de Slim, se suman al ingeniero: Carlos Marco Antonio y Patrick Slim Domit; Juan Antonio Pérez Simón, Jaime Chico Pardo, Antonio Cosío Ariño, Fernando Chico Pardo, Alfredo Harp Calderoni, José Kuri Harfush, Alfonso Salem Slim, José F. Romero Havaux, Arturo Elías Ayub, Carlos Hajj Aboumrad, Daniel Hajj Aboumrad, Rafael Kalach Mizrahi, Antonio Cosío Pando, Santiago Cosío Pando, Guillermo Simón y Alejandro Aboumrad.
   El valor total de las empresas de la familia asciende a 108.257 mdd. Las empresas del imperio Slim son las siguientes: Grupo Carso, IDEAL, América Móvil, Telmex, Inmboliaria Carso, CentMex, Inbursa, Sanborns, Fundación Carlos Slim, Sears, etcétera. Se calcula que alrededor de 230.000 personas trabajan para el grupo. Y entre sus consejeros menciono a: Bill Clinton, Felipe González, David Ibarra Muñoz, Fernando Solana, Julio Frenk y Gabriel Guerra. No puedo dejar de mencionar a sus abogados: Agustín Santamarina, Rafael Robles Miaja y Michael J. Viola, además de sus financieros: Fernando Chico, Rubén Aguilar, Carlos Bremen, Ernesto Vega Velasco y Eduardo Valdés Acra. Por otro lado tiene un aliado en el Congreso: Heladio Ramírez. Por último, también tiene enemigos y rivales como Francisco Gil Díaz, director general de Telefónica y ex secretario de Hacienda, y Alejandro Puente, de Canitec. Y hasta la próxima, ¡abur¡

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