LA PRIMERA REBELIÓN
CIBERNÉTICA MUNDIAL
Celeste Sáenz de Miera y Aguiar
QUERIDOS AMIGOS, en días pasados intercambié puntos de vista con el Maestro Diego Pappalardo, al recibir de su parte información directa y relevante que considero es de prospectiva y –por tanto– debemos abordar.
¿Qué pasaría si desde un principio hubiésemos sabido que estábamos entregando inmenso poder en y con nuestros datos, a las plataformas más famosas del orbe?
¿Hubiéramos cedido igual, hubiésemos sido menos confiados al compartir o hubiésemos exigido verdaderas garantías de respeto a nuestros datos?
Los HECHOS NOS REVELAN que abiertamente su OBJETIVO FUNDAMENTAL es y ha sido COMERCIAR Y UTILIZAR NUESTRA INTIMIDAD SIN EL MENOR RESPETO (en cada caso, en diferente medida), ya que como bien sabemos, “LA INFORMACIÓN ES PODER”, y ese poder está fincado en lo que NOSOTROS creíamos era LIBERTAD...
Por ende, si hasta ahora vemos que bajo supuestas premisas de “justicia” coartan libertades de acuerdo, no a la deliberación abierta y PLURAL, sino a criterios UNILATERALES como “cobro” por su uso, es JUSTO Y NECESARIO meditar, si por la comodidad de estar en las “redes” sociales más conocidas (QUE NO LAS ÚNICAS): ¿Vale la pena seguir participando como INSTRUMENTO totalmente COSIFICADO de quienes ahora DECIDEN POR NOSOTROS sobre qué debemos o no conocer?
Así se jactan de MANEJAR NUESTROS DATOS, COSTUMBRES, CONTACTOS, etc. ¿Qué reacciones ante el auto nombrado “oficialmente” “CÍBER GOBIERNO MUNDIAL”?
Por lo pronto, estamos viviendo LA PRIMERA REBELIÓN CIBERNÉTICA MUNDIAL, con la MIGRACIÓN MASIVA de WhatsApp a TELEGRAM; hay expertos que dicen que este segundo es mejor, pero aunque no lo fuera, la evidente petulancia al considerarnos incapaces y carentes de derechos y de haber despreciado cínicamente principios constitucionales –con el apoyo de una ecolalia de corifeos y vasallos feudales–, que cuando dieron bofetada tan brutal al sentido común, las reacciones fueron contundentes desde las diferentes esferas de buena parte de la sociedad.
Modesta pero entusiastamente, me uno a la MANIFESTACIÓN por DIGNIDAD FUNDAMENTAL; he vivido aprendiendo desde mi modesta pero decidida aportación a defender la LIBERTAD DE EXPRESIÓN y el objetivo social de esta: El DERECHO A LA INFORMACIÓN (plural).
Vivimos momentos paradigmáticos y me encanta no perder la capacidad de asombro y tranquilidad al saber que hago lo que sé es correcto, porque la libertad no se fracciona y el pensamiento y sentimiento, tampoco, es que sólo podemos vivir plenamente de su mano inseparable...
Nunca jamás declinemos a ese privilegio ganado a costa del sacrificio y sangre de tantos valientes que nos precedieron y lucharon por un mejor futuro. Me niego a la NEO ESCLAVITUD POR LA FRACCIÓN DE LA REALIDAD ¿Acaso desistiremos?, ¿verdad que no?
Hoy como nunca, es fundamental contar con plataformas nacionales e independientes, para mantener nuestra esencia y seguridad nacional a salvo.
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