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De adicto a ADICTO Sentenciada a las drogas
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Edición 366

 

 23VP

 

De adicto a ADICTO

Sentenciada a las Drogas

Ernesto Salayandia García

Mi historia de vida

ESTOY iniciando una nueva vida después de haber vivido un proceso de tres meses en un centro de rehabilitación por mi adicción a la cocaína, marihuana, a los ácidos, a los inhalantes y finalmente al cristal, llegué emocionalmente hecha pedazos por mis emociones, le pegué a mi mamá con el puño en un brazo, una sola vez que fue suficiente, me estaban pegando entre mi abuela y mi mamá, por algo súper estúpido, me quedé dormida hasta las cuatro de la mañana, porque estaba estudiando, mi mamá se enojó porque me dormí en un sillón donde según ella había alacranes, cuando se levantó me dijo que me pusiera a limpiar y no le hice caso, me abrió la puerta y me empujó.

Llegó mi abuela y me empezaron a pegar entre las dos, yo les comencé a gritar, les dije que estaba locas, conocí una parte de mí que nunca había despertado y cuando me estaban golpeando, aventé a mi abuela con el pie y luego le pegué a mi mamá, la marihuana me ponía muy agresiva y aún más el cristal después de haber dejado de consumir, luego me llevaron a la comandancia y de ahí al anexo y estando en la comandancia mi mamá iba llorando y estaba hablando con la trabajadora social, reviví ese momento, la trabajadora social, me dijo que iba a ir a un centro de rehabilitación por esa actitud, y recuerdo que vi a mi mamá y le grité.

—¡Púdrete!

Estos tres meses de internamiento fueron muy duros, me la pasé aplicada y comencé a hablar de mi pasado, comencé a usar drogas a los once años de edad, hoy en día tengo 14 y con muchos fondos de sufrimiento.

Me intoxiqué desde muy temprana edad

MI PRIMER contacto con la droga fue con un cigarro a los siete años, me estaba ahogando y seguía fumando, luego a los once años empecé con la chicha y el tabaco, la chicha se fuma en pipa, es tabaco de sabor, me prendí y probé la clonazepam, me dio el efecto de dormir, a esa edad ya era maniaco depresiva, me auto destruía cortándome brazos, piernas y labios con un bisturí y un cúter, me sentía muy sola, deprimida, abandonada y me cortaba para según yo, curar mis emociones, yo creía que así me iba a sentir mejor, pero después de dañarme me daba cuenta que no era así.

Me dañaba porque mis padres no estaban conmigo, aunque físicamente estuvieran a mi lado, yo los sentía ausentes, muy distantes, esta crisis de cortarme duró tres años, mis papás me llevaron a buscar ayuda, era un verdadero conflicto porque ellos siempre se estaban pelando y discutían con la psicóloga, las clonazepam las consumía todo el tiempo, duré tres años de fármacodependiente, el año pasado por estas fechas, me metí 20 pastillas, marihuana y alcohol; vodka, fue una dosis muy grande y me veo en la comandancia, y el medico de ahí me dijo que era un milagro que me había salvado, porque me había metido una bomba.

Llegué también a consumir a los doce años cuando estaba en un internado, me las ingenié para descubrir una bodega donde había pintura en aerosol color ladrillo con la que pintaban las bancas, de ahí comencé a drogarme con la tradicional bolsa de polietileno que se le conoce como spock, todo ello lo hice durante nueve meses, un poco más adelante, conocí la cocaína y el cristal, me prendí y llegué a consumir hasta ocho gramos yo sola.

Yo no le hice caso al mensaje de vida

CUANDO ESTABA en la secundaria nos llevaron a ver una obra de teatro, Buzos caperuzos, con Ernesto Salayandia García y un grupo de adictos en recuperación, daban el mensaje de vida mediante skeches, recuerdo que ese día fui sustanciada de marihuana, había fumado un churro afuera de la escuela.

Recuerdo las escenas de la obra, a los actores, los mensajes que dieron una y otra vez de prevención, pero yo ya estaba del otro lado de la línea, me causó risa e indiferencia, aunque me identifiqué mucho con las adictas, no les quise hacer caso, en este tiempo y a mi corta edad, he tenido muchas consecuencias, me han corrido violentamente de mi casa, me han llevado lejos de la ciudad, me internaron en una casa de religiosas, he estado en la comandancia más de 15 veces, la mayoría me ha enviado mi mamá y el resto ha sido porque me he ido de mi casa, cuando me encuentran, me meten a una institución de la mujer, porque me voy de mi casa y levantan reportes en alerta AMBER.

He salido hasta en los periódicos como desaparecida, después me encuentran como si nada hubiera pasado; me he distanciado de mi familia, me han dejado de hablar, me han hecho a un lado, perdí la confianza de mis papás, perdí amigos, incluso familia también.

Perdí mi inocencia desde chiquita, no viví mi niñez, ni una adolescencia normal, a los seis años dejé de jugar con las muñecas, desde muy chiquita he tenido celulares y me he enfocado mucho en ello, no me divierto, nada me mueve, no me atrae nada, ni las personas, ni un chavo guapo, nada, mi vida es aburrida, triste, soy neurótica, he dormido en parques, en casas de otras personas, me he abandonado a mí misma, no sé realmente quien soy.

Ahora sé lo que quiero; quiero salir adelante, dejar las drogas, estudiar, recuperar el tiempo perdido, revivir los buenos momentos, darle el ejemplo a mis dos hermanos, de que sí se puede vivir sin drogas y salir adelante, demostrarme a mí misma que valgo, que puedo, y después a mis papás, a mis 14 años de edad, quiero volver a empezar, merezco una buena vida, salir adelante, estar bien, ser libre de las sustancias y de las emociones torcidas, merezco una vida útil y feliz.

Hogar, triste hogar

MIS PAPÁS están divorciados desde hace 14 años, mi hermano mayor de 16 años es adicto a la piedra, cocaína, marihuana y cristal, mi mamá es neurótica a morir, tengo una media hermana de 23 años con la que tengo muchos conflictos porque nunca nos hemos llevado bien, mi papá vive solo, el mío, es un hogar disfuncional, porque entremis papás no se llevan, se contradicen, discuten mucho, mi papá dice una cosa y mi mamá otra, nunca están de acuerdo en nada, no hay respeto, ni orden, ni comunicación, estamos peleando entre todos, todo el tiempo, mi hermano pequeño él ve todos los malos ejemplos y repite lo mismo que hacemos todos.

Él está enfermo mentalmente debido a tanta neurosis y los malos ejemplos que yo le he dado, él le responde muy feo a mi mamá al igual que yo, mi hermano mayor y yo nos drogamos muchas veces, y al menor le hemos dado un pésimo ejemplo; mi papá es alcohólico anónimo, no viví sus borracheras, pero él me las platica, mi madre es violenta como mi padre, los dos son muy agresivos, me llegué a pelar con mi papá a puño cerrado, mi abuela materna, es igual que mi mamá de neurótica. Durante mi niñez, tuve tocamientos en mis partes íntimas por parte de familiares cercanos, me quedaba congelada de miedo, inmóvil y en silencio todo el tiempo ante la enfermedad sexual de mis parientes.

Triste destino

A LOS TRES AÑOS de edad, llego a la casa del vecino, buscando a mi amiga, su hija, me dice que pase, que se está bañando, entré y me puse a colorada, en ese momento no se escucha la regadera, en realidad no había nadie, me dijo que cerrara los ojos y sucedió la violación, lo denuncié y fueron los policías a su casa y él lo negó todo, a pesar de que era verdad, recuerdo que me inspeccionaron y fue muy traumatizante, el resultado fue positivo, de inmediato él se cambió de casa y ya no volví a saber de ellos, ni de mi amiguita, ni de él.

Dejé de ser niña, lloraba siempre, mi mente se enfermó por completo, todo el tiempo triste, deprimida, aislada, la mayor parte del tiempo yo le decía a mi abuela siempre lo mismo, me traumé diciendo que me dolían mis partes, a los seis años, yo recuerdo que estaba en la casa de mi abuela y me mandaron por una jerga que estaba en la barra y me subí a un banquito de metal que le faltaba la tapa del centro y puse los pies en los costados del banco, en ese momento, el banquito se movió y caí en una de las patas, enterrándomela en mis partes, me levanté rápidamente y sentí ganas de hacer pipí, no alcancé ir al baño cuando mis piernas estaban todas llenas de sangre hasta los pies, mi mamá me llevó al hospital infantil y fue muy traumatizante ver las miradas de las personas que me veían ensangrentada de mis piernas, sentía bien feo, recuerdo que traía un chorsito blanco que se convirtió en color rojo.

Una profunda huella, dolorosa y cruel

EL ANTERIOR SUCESO lejos de marcarme para toda la vida, por lo que genera una violación, vino otro hecho que me impacta más; una noche mientras dormía en Creel, Chihuahua México, en una cabaña, mi familia estaba dormida, mientras yo acompañan a mi tío a darse un gallo, yo no fumé con él porque estaba mi familia, me metí a la cabaña, saqué del cojín y me dispuse a dormir, mi tío regresó de hacer pipí, supuestamente se iba a dormir con mi hermana que estaba a un lado, primero se acostó en su cama, pasaron como cinco minutos mientras yo me hacía la dormida, él se pasa a mi cama, de inmediato me baja el shorts y mi ropa interior y me penetra con dificultad, me apretaba las manos, no podía gritar porque tenía miedo, ni abrí los ojos, porque yo creía que él al darse cuenta que estaba despierta, me podría golpear o hacerme algo, y tal vez yo no podría despertar, él no culmina el acto, me deja muy dolorida y sangrando.

En la mañana cuando yo desperté, tenía sangré en mis partes, me levanté y, él me dijo que me había bajado mi regla, me sentí sucia, mal, indignada, ya no me sentía bien para convivir con mi familia o estar enseguida de él, porque en mi mente deseaba sacarle los ojos o quizá matarlo.

La realidad es que no soy capaz de hacerle ese tipo de daño a una persona, mucho menos a mi sangre, (mi familia).

La vez que le dije a mi mamá lo que había pasado, una semana antes, él trató de sacar los trapitos al sol, le dijo a mi mamá que yo le daba droga a él, que yo consumía, y le dijo las sustancias que yo consumía, los problemas que yo le había platicado de una forma atacante, atacándome a mí, yo le dije que se callara, indirectamente le dije que había algo que él y yo sabíamos, que si yo abría la boca y lo decía, él podría caer de nuevo al CERESO y no le gustaría, en ese momento, él me abrió los ojos como búho, él sabía a que me refería, a la violación, pero por temor me guardé el secreto. Todo este tiempo me he sentido mal, por momentos se me olvida todo pero solo cuando andaba drogada.

Sexualmente me ha afectado, no me gusta que me vean desnuda, creo que usé sustancias tóxicas por esos motivos, más tantas cosas que sucedieron en mi niñez.

Como siempre, gracias por leerme y más por escribirme Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla Búscame en Twitter @teo_luna  Mis libros los puedes adquirir en línea vía internet, visita mi página crisiscreces.com y haz tu pedido de libros por paquetería, entrega a domicilio. A tus órdenes 614-256-8520.

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