La clasificación más tradicional y conocida del armamento mexica es la siguiente:
ARMAS DEFENSIVAS: Especialmente se contaban con dos; como instrumentos pasivos estaba el ichahuipilli o cota de algodón recubierta con sal, prenda que generalmente se colocaba a manera de chaleco y se escondía en los casos concretos bajo los uniformes o trajes militares como águila o jaguar así como en las demás órdenes, de estas se ha dicho que eran tan efectivas para detener flechas que muchos europeos terminaron usándolas, además de que eran más frescas que las cotas metálicas.
DE LAS ARMAS defensivas activas se encontraba el escudo o chimalli, del que sabemos existía una gran variedad tanto por sus diseños y en cierta manera por las materias primas con que eran confeccionados ya que algunos eran elaborados exprofeso para el combate y otros eran simplemente divisas militares y artefactos simbólicos que se entregaban a los militares en las fiestas religiosas.
Se ha especulado mucho el uso de los yelmos si en verdad tendrían funciones defensivas o simplemente estaban vinculados con aspectos alotrópicos y simbólicos.
Es bastante polémico en el sentido que todo el uniforme de los antiguos mexicanos que tenía una gama de colores y gran variedad de plumas no fueran en realidad más un estorbo a la hora del combate muy independiente de los valores religiosos que este representaba.
De las armas ofensivas reconocemos dos tipos. Las de largo alcance y las de choque. De las de largo alcance el instrumento más conocido es el lanza dardos o átlatl, que podía lanzar dardos que alcanzarían hasta los 120 metros de distancia.
El arco y flecha que no estaba necesariamente acompañado del carcaj, ya que los guerreros mexicas estaban más acostumbrados a cargar un manojo de saetas en la mano pero crea confusión al momento de reconocer los valores funcionales de este sistema más si se acompañaba de escudo. La honda, fabricada con hilos de ixtle podía arrojar rocas con gran precisión y potencia.
Las lanzas arrojadizas, tlazonctectli, diseñadas a partir de una saeta de madera que podía ser arrojada con la fuerza del simple brazo sin ningún motor propulsor como el arco o el átlatl y con una evidente potencia de menor grado pero no por ello menos letal.
De las armas ofensivas de corta distancia era el macuahuitl el arma predilecta de los ejércitos mexica. Se trataba de un bastón de entre 70 a 80 cm de largo con cerca de seis a ocho navajas prismáticas de obsidiana. Debemos destacar que en muchas reconstrucciones hechas en ocasiones se han generado este tipo de armas con extravagantes puntas de obsidiana lo cual es incorrecto, el uso básico era con navajillas de obsidiana. Esta arma podía generar heridas bastante peligrosas pero dada su fragilidad los factores de uso y función están siendo motivo de discusión actualmente.
La lanza mexica teputzopilli, tenía un diseño parecido al del macuahuitl con hasta cerca de dos metros de largo a la que se le insertaban en la hoja navajas prismáticas de obsidiana lo que permitía llevar a cabo estoques y sobre todo cortes en el enemigo.
Una de las armas más antiguas usadas por los mexica desde la perspectiva de enfrentamiento cuerpo a cuerpo era el quauhololli una especie de mazo de madera que remataba en una pelota contundente que permitía la fractura de cráneos.
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