Las cabañuelas de 2015 nos enviaron tétricas señales. Que el Instituto Nacional Electoral (INE) haya dado el banderazo de arranque a las especies carroñeras para que se lancen sobre los despojos de la nación (¡Sálvese quien pueda!), con ser una señal macabra no es, sin embargo, la más pavorosa.
Pongamos sobre el horizonte algunas tenebrosas estampas plásticas: 1) La estadunidense AT&T entra como Pedro por su casa en el sector telecomunicaciones mexicano. En el símil bíblico de Caín y Abel, es difícil distinguir entre la AT&T y la IT&T cuál es el hermano peor. 2) El ex presidente panista de la República Felipe del Sagrado Corazón de Jesús aparece en periplo atlántico en mancuerna con su par boliviano Jorge Quiroga Fernández. Ponen en tensión a la diplomacia mexicana con el gobierno venezolano de Nicolás Maduro. 3) El maestro en Filosofía de la Cultura y doctor en Filosofía de la Ciencia, ex rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Salvador Jara Guerrero, es mostrado inerte en el Palacio de Gobierno en Morelia, flanqueado por tres altos mandos del Ejército uniformados. 4) El fotogénico doctor Lorenzo Córdova Vianello, consejero presidente del INE, es captado en firma de un convenio con el comandante en jefe de la Armada de México, el corajudo almirante Francisco Vidal. Dicho convenio delega a esta institución militar el encargo de resguardar el material electoral de los comicios de junio próximo ¿Incluyendo los algoritmos previos, ahora que se probará el voto digital? Esas estampas nos dan para una segunda entrega sobre el tema La guerra que viene/ México en la mira, cuya primera parte fue publicada en Voces del Periodista (edición 329).
Las hermanas telefónicas gemelas
La American Telephone and Telegraph (AT&T) ha irrumpido el estratégico mercado de Telecomunicaciones en México con la adquisición del corporativo Iusacell, del Grupo Salinas (TV Azteca) y más recientemente de Nextel México, del NII Holding.
La AT&T tiene al menos un rasgo común con la trasnacional Corporación Telephone and Telegraph (ITT): La pugna por la propiedad de la decimonónica Bell Telephone Manufacturing. De la AT&T quién sabe. Pero de la IT&T está documentado (Estado soberano ITT, de Anthony Samson, y El ascenso de Hitler, de C. Sutton) como el primer corporativo de los Estados Unidos que en los años treinta del siglo pasado brindó financiamiento a Adolfo Hitler al través del jefe de la SS, Henrich Himmler. En Brasil, la ITT financió el golpe de Estado contra el presidente Joao Goulart en 1964. (Dicho sea de paso, durante el sexenio de Luis Echeverría, la ultraderecha poblana patrocinó el libelo El golpe, en el que se propone el modelo brasileño para derrocar a Echeverría. En diciembre de 1975, el candidato presidencial José López Portillo les advirtió a los derechistas poblanos, en su propia casa, que no satisfaría sus demandas fascistas.)
Las revelaciones de Jack Anderson
En septiembre de 1973 (S-11) fue derrocado y asesinado el presidente de Chile, doctor Salvador Allende. Había decretado el socialista chileno una legislación antimonopolios y había nacionalizado la minería. Entre 1973 y 1974, el columnista del Washington Post, Jack Anderson, reveló 32 documentos que vinculan a la ITT con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos (Richard Nixon-Henry Kissinger), que maquinó el golpe de Augusto Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular. Para desarrollar una campaña de propaganda negra contra Allende, la ITT financió, con fondos triangulados en Suiza, al diario El Mercurio, entonces bajo el control de Agustín Edward, a la vez presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Por lo pronto, dejamos este apartado de ese tamaño. No corremos la factura a la ATT, pero sí acotamos que, como suele ocurrir con la apertura al capital extranjero, que esas trasnacionales no vienen a crear nada nuevo. Peladito y en la boca se agandallan lo que ya funciona rentablemente en el país, sobre todo si se trata de bienes públicos. Como postre, recordaremos que Jack Anderson indignó a la clase priista cuando años después, en el mismo Post, lanzó la especie de una fortuna de 500 millones de dólares en posesión de Miguel de la Madrid.
El compañero de viaje de Calderón
Corre video: El panista michoacano Calderón Hinojosa (en abierta ruptura ya con el PAN de Gustavo Madero Muñoz, quien vetó la candidatura de Margarita Zavala de Calderón a una diputación federal) ha sido pillado en andanzas conspirativas contra el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro. Como lo indicamos antes, en esa heroica empresa Calderón Hinojosa se hace acompañar o acompaña, da lo mismo, al ex presidente boliviano Jorge Quiroga Fernández. Éste viene del establo del golpista general Hugo Bánzer (derrocó en 1971 al también general Juan José Torres.) De ese gobierno golpista, Quiroga Fernández fue vicepresidente: 150 presos políticos pasaron el inventario de “desaparecidos”. Para decir lo menos. Para decir lo menos, repetimos, porque Hugo Bánzer incorporó a Bolivia -con Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile- al Plan Cóndor, diseñado por El Pentágono, con el que las dictaduras militares sudamericanas, bajo el principio de las “fronteras ideológicas”, pactaron un frontal combate al comunismo que costó cientos de miles víctimas civiles aún sin justicia, salvo en Argentina. Recordar nomás: Durante su contienda electoral, Calderón Hinojosa acusó a Andrés Manuel López Obrador de tener en su campaña presidencial el apoyo de brigadas bolivarianas enviadas por el hoy difunto Hugo Chávez. Nunca presentó prueba alguna contra quien calificó de peligro para México. Calderón Hinojosa dejó el país militarizado y con un saldo de casi 100 mil muertos, 25 mil desaparecidos y miles de familias desplazadas. Al terminar su mandato, se refugió en el campus de la Universidad de Harvard. Ahora es embajador plenipotenciario del Grupo de Madrid, patrocinado por la Unión Europea.
El inerte ex rector de la Universidad Nicolaíta
Vuelta la página: El maestro y doctor en Cultura y de la Ciencia, Salvador Jara Guerrero asumió el interinato del priista gobernador defenestrado Fausto Vallejo Figueroa, pero quedó supeditado al gobernador de facto Alfredo Castillo Cervantes, a quien durante un año se le dio cobertura como Comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán. A petición de partidos políticos, según se trató de justificar, Castillo Cervantes fue removido de su misión. Salió de Morelia cantando espirituosamente que hizo las cosas “a mi manera” Para hacerse cargo del plan de seguridad en la entidad, fue designado el general Pedro Felipe Gurrola Ramírez, jefe de la XII Región Militar que abarca cuatro estados de El Bajío. En su biografía, el general Gurrola Ramírez consigna su paso por la Escuela de Infantería del Fuerte Benning, en el estado de Giorgia (USA). Pergaminos hablan de sus méritos. Es con el general Gurrola Ramírez y otros dos altos mandos del Ejército con quienes el 23 de enero pasado el filósofo de la Cultura y la Ciencia Jara Guerrero aparece retratado en la estampa que antes citamos.
El doctor electoral y el Almirante
En 1988, la custodia de los paquetes electorales de la sucesión presidencial fue encomendada a una partida del Ejército en los sótanos del Palacio Legislativo de San Lázaro. Hasta ahí, encabezados por los coordinadores de las bancadas del PAN y del Frente Democrático Nacional (FDN), diputados de la LIV Legislatura federal acometieron un acto de provocación a la tropa, que pudo terminar en tragedia. La calificación de la elección presidencial en favor de Carlos Salinas de Gortari fue codificada por el constituyente y diputado priista michoacano, don Antonio Martínez Báez, como un Golpe de Estado técnico. Para el llano, aquello quedó como una usurpación y punto. En la siguiente legislatura federal, aquellos controvertidos y escamoteados paquetes fueron incinerados, como incineradas habían sido boletas electorales cruzadas en favor de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en el estado de Guerrero. (La incineración se ha vuelto deporte nacional). Dio su diligente anuencia a la quema el coordinador del grupo panista Diego Fernández de Cevallos. Sin embargo, un concentrado digital de los resultados de la votación presidencial de 1988 había sido depositado en el Instituto Hoover, de California. Por primera vez ahora, en una crispada atmósfera electoral, el autónomo INE confía públicamente el resguardo de la documentación electoral de junio a la Armada de México. Es otra de las ominosas estampas en la que aparece el consejero presidente con el almirante Vidal. Al día siguiente, el IFE tomó una drástica acción contra Enrique Peña Nieto. No le canceló el repartidero despensas electrónicas. Lo conminó enérgicamente a que borre los sellos de las cajas televisiva con la leyenda Mover a México. ¡Duro!¡Duro!¡Duro!
La satánica Escuela de Asesinos
En esta segunda parte del tema en revisión, nos parece pertinente hacer un recordatorio a vuelo de pájaro sobre la Escuela de las Américas, fundada por Washington con base en el Canal de Panamá en 1946. Desde ahí fueron reclutados y adiestrados elementos de los ejércitos de casta de América del Sur que devinieron golpistas dictadores. Por esa incontrovertible razón, a dicho plantel se le reputó como Escuela de Asesinos. Hacia 2001, su denominación cambió a Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad. La misma gata revolcada, nomás que sin afeitar. Aquí visitamos una segunda estación: Entre 1963 y 1964, momento en que fue asesinado el presidente John F. Kennedy, en vez de la Alianza para el Progreso, Washington diseñó el abortado Plan Camelot, una coartada académica con la que se pretendió encubrir fines militares en América Latina y el Caribe.
Ciencias Sociales para el exterminio
Como tubo de ensayo, se puso la mira en Chile. Lúcidos y temerarios profesores de instituciones universitarias de este país denunciaron tal plan, consistente en la sistematización de investigaciones en el campo de las Ciencias Sociales dirigidas a detectar y prevenir o, en su caso, aplastar movimientos populares que demandaban en la región cambios de corte democráticos sobre todo en el orden económico, objetivo viable sólo y únicamente con el cambio de régimen político y económico. Por supuesto, en esa tentativa apareció implicada la mano negra Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos, que difundía el terror so capa de contener la influencia continental de la galopante Revolución cubana. Hasta el último gobierno posrevolucionario, los presidentes mexicanos se negaron a ceder a las presiones de El Pentágono para enviar becarios a aquel laboratorio militar y la suscripción de tratos en materia de Seguridad Nacional. Si acaso, se limitaron a convenios de compraventa de armamento y equipamiento vehicular, pagados rigurosamente en dólares como cualquier operación comercial.
No más política soberana de Defensa
El radical quiebre de esa política soberana de Defensa se produjo, no por accidente: Se maquinó como puntual y deliberado acompañamiento del ataque al Nacionalismo Revolucionario para disolver el Estado de bienestar y abrir el espacio a la compulsiva implantación del depredador neoliberalismo. Aún después de la masacrada insurgencia juvenil de 1968, hacia 1970 los hombres en armas sumaban 67 mil 100 efectivos (uno por cada 718 habitantes). Al emprenderse la primera guerra sucia (después vendría la de Calderón Hinojosa) los efectivos militares aumentaron de 90 mil 300 efectivos (uno por cada 746 habitantes) hasta 175 mil 960 en 1987 (uno por cada 473 habitantes.) En la presidencia de la usurpación -la de Salinas de Gortari- insertada ya plenamente en el neoliberalismo salvaje, la nómina de hombres en armas se incrementó hasta 225 mil 200 efectivos. La proporción por habitante se redujo a 413, cuando 15 años antes era de 718. Aleatoriamente, de 1990 a 1995 Salinas de Gortari aumentó el presupuesto anual de las Fuerzas Armadas de tres mil 547 millones de pesos hasta 10 mil 367 millones de pesos; esto es, un incremento fluctuante en el 200 por ciento. ¿Vocación instintiva de militarismo o una concreta e inducida desde el exterior estrategia de militarización del país? Que lo definan los teóricos.
Los arreglos secretos para entregar el petróleo
Pero un dato cierto palpita en los archivos la Comisión de Comercio Exterior del Congreso de los Estados Unidos: Al negociar los términos del Tratado de Libre Comercio (NAFTA, por sus siglas en inglés), que durante mucho tiempo el Senado estadunidense prefirió codificar como simple acuerdo, Salinas de Gortari propuso una cláusula secreta para tratar fuera del texto formal del TLC el tema de los hidrocarburos. El petróleo, pues. La acotación obligada sobre la naturaleza jurídica del TLC radica en que, en apego al Derecho Internacional, un Tratado incluiría eventualmente, por ejemplo, la aceptación por las partes firmantes de una moneda única, la cooperación militar, etcétera, a las que no se obliga necesariamente un acuerdo. Por eso, en las primeras consignas de Salinas de Gortari al Senado mexicano prefirió proponerlo como un Acuerdo.
Diestros toreros de la Constitución
Cuando en El Capitolio de Washington se enteraron de que, desde entonces, el gobierno de Salinas de Gortari exploraba vías legales alternas para meter capital extranjero en la explotación del petróleo mexicano (la desnacionalización, como ya había ocurrido con el sistema de banca y crédito), algunos cautelosos legisladores norteamericanos allanaron sus dudas con la siguiente observación: El actual régimen mexicano ha dado muestras de desapego al ordenamiento constitucional por su proclividad a aplicar mecanismos que le den la vuelta a la Carta magna. (General brigadier del Ejército mexicano y doctor en Administración Pública, José Francisco Gallardo Rodríguez / Militarismo a fines del siglo XX. “Siempre cerca, siempre lejos / Las Fuerzas Armadas en México”. 2000). El autor citado -al comentar el problema de la deuda externa-, escribió que México vivía desde entonces una “situación de absoluta subordinación política y económica a los intereses de los Estados Unidos, que impacta a lo social y se abalanza a lo militar”. En ese contexto, recuerda el general Gallardo Rodríguez la reunión de ministros de la Defensa del hemisferio que se gestó dentro del marco de la Cumbre de las Américas, en Miami (1994); reunión ministerial convocada para julio de 1995 en Williamburg, Virginia, cuyas claves codificadas imponían que se debía obtener de los ejércitos de la región su consentimiento para la planificación estratégica de la defensa hemisférica, bajo el control de los Estados Unidos: intercambio de información de defensa y doctrina de planificación estratégica, revisión y registros de armas convencionales, etcétera. México se incorporó a esa reunión como “observador”.
Corrupción e ineficiencia, marcas de la casa
Otro colaborador en la obra consultada, fue el periodista e investigador mexicano Jorge Luis Sierra Guzmán, (becario del Centro Hemisférico de Estudios de Defensa de la Universidad de la Defensas Nacional en Washington DC). Su texto nos documenta desde otro enfoque los acuerdos impuestos a México por los Estados Unidos, so capa del combate al narcotráfico, en un estado de crisis de las instituciones policiacas y militares en México, resultante de los signos de corrupción e ineficiencia en instituciones financieras, de salud y educación pública, aunados a la debilidad de otros sistemas institucionales, como la rendición de cuentas o la capacidad legislativa para supervisar a las agencias antinarcóticos. El diagnóstico data de 2000. Quince años han pasado… y como si nada. Sierra Guzmán nos ilustra: México se apoyó firmemente en el entrenamiento estadunidense para mejorar su capacidad militar. Según registros de El Pentágono, mil 448 militares mexicanos recibieron instrucción en los Estados Unidos entre 1981 y 1995, (primera fase del neoliberalismo) bajo dos programas: El Internacional de Educación y Entrenamiento Militar y el de Ventas Militares al Extranjero. (Después del colosal rescate financiero de la presidencia suplente de Ernesto Zedillo Ponce de León -instrumentado por Bill Clinton- de los brutales impactos del maquinado y catastrófico Error de diciembre de 1994. Nota de la redacción), en 1996 “la tendencia de preparar militares se elevó a niveles sin precedente, y con el entrenamiento de más de mil 500 efectivos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales en 1997, la administración del presidente Zedillo superó en un solo año el número de militares capacitados durante 14 años en escuelas del Pentágono”. Hasta aquí Sierra Guzmán.
¿Dé que sirvió tanta modernización castrense?
A la luz del sombrío e ingobernable panorama actual que estremece y alarma a la sociedad mexicana en su conjunto, ¿cuál es la utilidad tangible de esas políticas adoptadas por Salinas de Gortari y Zedillo, si antes de terminar el sexenio pasado el general secretario de la Defensa Guillermo Galván Galván reconocía paladinamente que el Estado había perdido amplias zonas del territorio nacional en manos del crimen organizado? Dos que tres observaciones finales: Respecto de las células del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, conocidas como Gafes. Éstos se mantuvieron originalmente en secreto. Por algo sería. Pero, al tiempo, los Gafes fueron asociados a otro programa autorizado por Zedillo: La selección de miembros del Ejército mexicano para enviarlos a campos de entrenamiento de las Fuerzas Armadas de Guatemala en las selvas mayas, no precisamente clandestinos.
Y así llegaron los sanguinarios kaibiles
Esos campos fueron abiertos y acondicionados por el Ministerio de Defensa guatemalteco y su peculiaridad consistió en formar cuerpos de élite para la persecución y exterminio de las poblaciones indígenas: Fueron los temibles y temidos Kaibiles, caracterizados por su instinto despiadado y sanguinario. Máquinas de matar, se les denomina.
Pronto, en territorio chiapaneco y luego en Michoacán y Guerrero se reportaron expediciones de kaibiles, sembrando el terror entre comunidades indígenas. Recuérdese la todavía impune Matanza de Acteal en diciembre de 1997. El siguiente vínculo de los kaibiles fue con Los Zetas, brazo armado del Cártel del Golfo formado aquél por militares mexicanos desertores. El sicariato sería su consecuencia automática, con extensión desde Tamaulipas hacia otras entidades del interior, donde los cadáveres decapitados pasaron de pesadilla a noticia cotidiana de una columna. Ca-sual-men-te, primero en Zitácuaro y luego en Uruapan, Michoacán. Más recientemente se denunciaría que las trasnacionales mineras, especialmente las canadienses, contratan los servicios de esos sicarios para aplacar la resistencia de las comunidades indígenas contra el despojo de sus dominios seculares en territorios de abundantes yacimientos minerales. Pronto, a esa estrategia de dominación serán incorporadas las zonas petroleras, como ya ocurre en Veracruz.
Para los ciegos, todas las cosas son súbitas
Contada esa historia y dado el estado de barbarie que vive la República, una consideración última: Sólo para los ciegos, todas las cosas son súbitas. Ahora que la tentación represiva se pone nuevamente a caballo y se invoca el Estado de Derecho para el uso legítimo de la violencia institucional en voz de egresados de las ilustres Escuela Libre de Derecho y Universidad Panamericana (Opus Dei), una pregunta anticipamos para una eventual próxima entrega sobre el tema: ¿La nueva Constitución peñista abrogó de facto el artículo 29 de la Constitución de Querétaro reformado? ¡Cuidado con una tercera Guerra sucia! Es cuanto.
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