Martes, 12 de Agosto de 2014 18:48 | 
Author: Salud | 
| Edición 322 |
Detecta a tiempo y vive mejor
La artritis reumatoide es una enfermedad en la cual el sistema inmune crea un proceso inflamatorio crónico en articulaciones, esto se traduce en un daño a la estructura del hueso, tendones y ligamentos, además del ojo, pulmón y células de la sangre, y con el tiempo puede provocar deformidad y discapacidad funcional.
Hay factores ambientales que pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad, como infecciones virales y el tabaquismo, que incrementa la probabilidad en personas genéticamente predispuestas.
La enfermedad puede presentarse en cualquier grupo de edad sin embargo, la edad en la que existe una mayor frecuencia en entre la 3ª a la 5ª década de la vida.
Este padecimiento afecta prácticamente todas las articulaciones pequeñas y grandes, aunque afecta principalmente las articulaciones de las manos, nudillos y articulaciones medias de los dedos y muñecas, rodillas, hombros y articulaciones de los pies, pero incluso puede afectar las articulaciones que se encuentran en la laringe para la movilización de las cuerdas vocales.
El diagnóstico de la enfermedad se realiza a través de una historia clínica adecuada en donde se interroga al paciente preguntando antecedentes de enfermedades en la familia y los síntomas que presenta. Aunado a la exploración física, con el apoyo de algunos estudios de laboratorio y de gabinete como radiografías y ultrasonido.
Dentro de los estudios de laboratorio se solicita una biometría hemática completa para medir las células de la sangre y las cifras de hemoglobina, ya que también pueden padecer algún grado de anemia, asociada a la enfermedad, proteínas que se elevan como marcadores de inflamación como la proteína C reactiva que n es específica de la enfermedad pero se eleva en procesos inflamatorios.
Los tratamientos actuales permiten a la mayoría de los pacientes realizar sus actividades diarias casi de manera normal. Sin embargo, el buen control requiere un diagnóstico temprano y en algunos casos un tratamiento agresivo. Por lo tanto, los pacientes con diagnóstico deben comenzar su tratamiento con medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, que no sólo alivian los síntomas, sino que retardan su avance.
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