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Ediciòn 286
Escrito por Victor Alejandro Mojica Páez   
Martes, 17 de Julio de 2012 18:29

Repúblicas bananeras made in USA
VICTOR ALEJANDRO MOJICA PÁEZ


Lunes 10 de octubre de 2011: Honduras es el primer destino de nuestra nueva ruta. Honduras, el país que fue el primero bautizado como República Bananera. Hay un personaje que tiene mucho que ver en esto, un general gringo, retirado y enfermo, que abonó la historia nefasta del golpismo centroamericano.


Bananeras

 

LEE CHRISTMAS NO VIAJÓ a Centroamérica pensando en ser un desestabilizador. Su papel en la evolución histórica de estos países empieza, más bien, como víctima. Era 13 de abril de 1897 y un grupo rebelde muy conservador ligado al general derrocado (Domingo Vásquez) lanzó una ofensiva contra el nuevo gobierno Hondureño de Porfirio Bonilla. En aquella época Honduras, El Salvador y Nicaragua formaban la República Mayor de Centroamérica. La relación, pese al intento de unificación de sus intereses, era de terror y todos los países, incluyendo la vecina Guatemala vivían sismos políticos con guerras internas.

Ese 13 de abril 13 hombres, ex generales y algunos estadounidenses, salieron de Guatemala con la intención de tomarse el puerto más importante del atlántico hondureño para luego avanzar a la segunda ciudad de mayor relevancia del país, San Pedro Sula y completar su objetivo de retomar el poder. Lee Christmas tenía unos años de haber viajado de Nueva Orleans, Estados Unidos. Estaba medio ciego, quebrado económicamente, sin familia, y trabajaba como maquinista moviendo bananos congelados en el puerto (Cortés) donde empezaba la revolución.

Ese día fue capturado en el tren y “obligado”, según revela su biografía, a tomar una decisión complicada: morir o seguir: “Un general embriagado me dio a entender que me iba a matar a lo que le respondí: si me van a matar y usarme como blanco para la tropa; denme una pistola para que yo pueda matar un par de H… de P… mientras me disparan”…

Su palabra se cumplió. Parte de la historia cuenta que Christmas enloqueció con la guerra, puso sus conocimientos militares a disposición de la revolución y batalló en la línea frontal, en al menos 2 levantamientos posteriores. Tenía 34 años. Compañeros de Christmas han asegurado que el gringo, hasta herido, “se dirigía al fuego enemigo y se reía de las amenazas de ejecución”. A la semana de su captura, los rebeldes le concedieron el grado de Capitán…

El gringo exótico, que vestía en ocasiones “uniforme militar con hombreras descomunales, sombrero de ala ancha con plumas de avestruz” ingresó a la Asamblea Nacional de Diputados, arma en mano...

Esta incursión en Honduras no tuvo éxito y Christmas viajó a Guatemala. En este país recibió fondos para comprar armas y se devolvió a Nueva Orleans, donde se gastó la plata en prostitutas y borracheras. Ya era un mercenario conocido. Al año siguiente fue contratado por el gobierno de Honduras, para impedir el proceso electoral de Terencio Sierra, quien deseaba conservar el poder perdido electoralmente, aunque fuera con un ejército de matones y terminó derrocando a Sierra, con su rival, Manuel Bonilla.

En el libro Los Deliberantes, de Matías Funes, se relata un capítulo de Christmas bien revelador sobre el desarrollo de este golpe, el primero de Honduras en el siglo XX. El gringo exótico, que vestía en ocasiones “uniforme militar con hombreras descomunales, sombrero de ala ancha con plumas de avestruz” ingresó a la Asamblea Nacional de Diputados, arma en mano, con un pelotón de 200 hombres. Le apuntó a uno de ellos a la cabeza, (Policarpio Bonilla) con una “Winchester”. No lo mató porque le movieron el brazo, pero su tropa los ultrajó y los arrestó a todos.

Christmas ya era el director de la policía para ese momento. Gozaba de una fama de mercenario rabioso y contaba con el apoyo directo del Presidente Bonilla. Unos días antes de este suceso le había intentado meter un puñal a otro diputado, Miguel Ángel Navarro, un duro crítico en la Asamblea Nacional, que denunciaba diariamente el estado militar que construía Bonilla.

“Que no haya más aumento de la fuerza armada: le tengo horror”… mencionó Navarro antes de toparse con Christmas… El General cerró medios de comunicación, concedió múltiples beneficios a los capitales dominantes de la época, y había formado una escuela militar con un listado de prohibiciones bien raras: “No se podía leer en penumbras, ni dibujar a la luz de la lámpara, ni escupir en el pavimento, ni lanzar gritos, ni rayar paredes, ni no dormir con calzoncillos, ni dejar de usar servilletas, ni cantar versos que no correspondan a la cultura que siempre debe reinar en las reuniones de gente educada”… detalla la obra, Los Deliberantes. La historia lo conoce como “Mr. Banana” y lo recuerdan mucho por estas palabras: “En Honduras es más barato comprar a un diputado que una mula”

En 1907, una revolución nicaragüense, coordinada por su Presidente, José Santos Zelaya, derrocaría a Bonilla y así terminaría otro episodio armado para Christmas. Pero 4 años después, (1911) Bonilla regresaría triunfal a Honduras, con la ayuda de Lee Christmas, y de un estrecho amigo, “Ametralladora” Molony. En esta oportunidad fueron patrocinados por Sam Zemurray, quien deseaba explotar a los centroamericanos sin pudor. Y en efecto así lo hizo, luego que Christmas y Molony “arrasaran” con ametralladoras y rifles, la capital Hondureña, Tegucigalpa, e instalaran a Bonilla en el poder.

Zemurray terminó favorecido con una concesión para no pagar impuestos de miles de héctareas que posteriormente vendió a la United Fruit en más de 30 millones de dólares. Ejerció numerosos cargos dentro de la empresa y utilizó a “Ametralladora” Molony para aniquilar a cuanto enemigo de sus intereses conociera. La historia lo conoce como “Mr. Banana” y lo recuerdan mucho por estas palabras: “En Honduras es más barato comprar a un diputado que una mula”…

A Christmas solamente se le logró vincular al asesinato de un general en este golpe, aunque los divesos apuntes de la época, coinciden en que “Ametralladora Molony” fue en efecto el verdugo final. Terminó nuevamente en Nueva Orleans, pocos saben por qué, quebrado como llegó a Honduras, en brazos de su amigo de guerras, quien además pagó su funeral cuando falleció en 1924. Otro Lee Christmas apareció nuevamente en este siglo, como protagonista de una pélicula de Silvestre Stallone “The Expendables”, éxito en taquillas, que trata sobre un grupo de mercenarios que viajan a una isla latinoamericana a derrocar a un dictador...



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