Edición 266 |
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El wahhabismo que se cierne
sobre Europa
y la truculencia.
La secta de los wahhabitas, versión más integrista de la religión musulmana, está encontrando cada vez más adeptos en los Balcanes gracias a la financiación recibida de Arabia SaudÃ, gran aliado petrolÃfero y estratégico de EEUU y occidente en general. Se trata de una corriente literalista y fanática que se autoproclama como el único islam verdadero, y que llega a tachar de herejes cuando no directamente de “qufar†(infieles) a otros musulmanes como los chiÃtas o los sufis.
Esos fundamentalistas, que han inspirado el terrorismo internacional encarnado por bin Laden, Al Qaeda y afines y el régimen demencial de los talibanes, son un auténtico cáncer para el mundo árabe y musulmán. Bien lo saben los sionistas, quienes se aprovechan de ello para difundir en Europa a través de su propaganda una imagen perversa y distorsionada del islam (como si el islam fuera una religión monolÃtica) y criminalizar asà en bloque a todas las organizaciones de resistencia nacional-popular de Oriente Medio que tienen un transfondo religioso y tradicional, asà como a los paÃses musulmanes con regÃmenes incómodos al proceso de globalización yanki-sionista. Los fundamentalistas wahhabitas son la quinta columna usada por U$rael contra el mundo árabe y musulmán.
La situación en los Balcanes es catastrófica, sobre todo desde la declaración unilateral de independencia del Kosovo, patrocinada por EEUU y avalada por la OTAN. Esa región, donde los extremistas albaneses han cometido una atroz limpieza étnica contra los serbios, se ha convertido en un auténtico bastión del islamismo saudÃ, algo que no parece molestar ni a los burócratas lameculos que manejan la UE por cuenta del imperialismo angloamericano, ni a sus amos de Washington y Tel Aviv, quienes además están encantados con la creciente islamofobia representada por personajes como Wilders o Anglada.
Y es que en lo que respecta al tratamiento que recibe el islam en el contexto del proceso de globalización (económica y socio-cultural) promovido por los lobbys y corporaciones que manejan el poder mundial, hay dos tendencias aparentemente antagónicas pero que en realidad se complementan y se necesitan la una a la otra: Por un lado, los ya mencionados Wilders y adláteres, eurosionistas confesos, junto a todos los partidúsculos neofascistas de la derecha rancia y sin complejos; y por el otro los progres comeflores “antifascistas†de la pseudoizquierda burguesa liberal-demócrata igualitarista y borreguil. Xenófobos reaccionarios “de derechas de toda la vida†vs. cosmopolitistas partidarios del mestizaje sociocultural sistemático. Estos dos bandos (los únicos a los que dan cobertura los medios oficiales del $i$tema, que intentan hacernos creer que no hay alternativas a esa dicotomÃa simplista) se “combaten†entre ellos y prestan asà un gran servicio al stablishment americanocéntrico y usorócrata en vigencia, pues las masas están distraÃdas con temas como la prohibición o no del burka, la construcción o no de un minarete; cuando los auténticos problemas de los europeos son otros: Los banqueros y polÃticos profesionales que roban al pueblo a manos llenas especulando con el trabajo ajeno y desencadenando crisis, destruyendo la soberanÃa popular y también la nacional al privatizar cada vez más el poder polÃtico, que acaba siendo controlado por las multinacionales y las grandes corporaciones. Estos criminales encorbatados con oficinas en bancos y escaños en parlamentos son los que provocan el aumento del paro, la bajada de sueldos y a la vez importan masivamente mano de obra semi-esclava procedente de los paÃses del asà llamado tercer mundo, para que entre los europeos el descontento popular se concentre en los inmigrantes, chivo expiatorio del sistema.
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La imagen intolerante y agresiva de los wahhabitas.
Mientras fachas y progres se pelean entre ellos y unos dicen “inmigración sÆy los otros “moros noâ€; la sinarquÃa financiera mundialista se enriquece cada vez más, y la pequeña élite de vampiros que controla la economÃa y la polÃtica a nivel global se frota las manos. Salen ganando los de siempre. Y salimos perdiendo todos los demás.
En resumen, la islamofobia es una estrategia de distracción (exactamente como la telebasura), una cortina de humo confusionista, y no un posicionamiento moral pues ya vemos las excelentes relaciones de Occidente con teócratas saudÃes y terroristas albanokosovares mientras los medios no cesan de criminalizar a Irán, en vÃsperas de la nueva guerra de saqueo que están planeando contra el paÃs de los persas y que nos venderán como “una cruzada por la libertadâ€, al mismo tiempo que los serbios de Kosovo son sistemáticamente expulsados de sus hogares, expoliados y asesinados por los wahhabitas quienes imponen su sharÃa salafista con la total pasividad de las fuerzas de ocupación angloamericanas presentes en los Balcanes.
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