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ASIMETRÍAS H1N1: manipulación política
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Edición 209

Asimetrías
 
“Hay que interrumpir el ciclo reproductivo del virus H1N1 para frustrar la naciente epidemia;
ello requiere no sólo medicamentos, sino también mayor educación y mejoría del entorno físico y moral”.
Rosalío González Randolph,
médico epidemiólogo
 
I EL BROTE ATÍPICO de cientos de casos de víctimas del virus de la llamada influenza porcina (o virus H1N1) que ha causado preocupación en grado variopinto entre los mexicanos, principalmente los que habitan el Valle de México y, en un sentido más amplio, el Altiplano, es un problema sanitario cuya severidad, si dicho con franqueza, ha sido hasta ahora únicamente potencial.
   Empero, no se desestima ese potencial de desarrollo y propagación rápida del virus, pero tampoco es un motivo para incurrir en manifestaciones de dramatismo, psicosis e histeria colectivas,como al parecer han caído los personeros del poder político panista del Estado mexicano. Antojaríase más oportunismo político-prelectoral que vocación de servicio.
   Hágase la salvedad pertinente que con este planteamiento no se desestima en absoluto el potencial propagatorio del virus ni sus secuelas que,si descuidado o ineficiente su enfoque y tratamiento,podrían ser de proporciones cataclísmicas. No,no se desestima ese potencial, pero sí advertimos que su enfoque tiende a ser demagógico, político o, por mejor decir, politiquero.
   Con ello querríase decir aquí que el enfoque y el manejo -o administración- del brote epidémico atípico no estacional del virus H1N1 que los personeros panistas del poder político del Estado le dan al fenómeno tiene por móvil insoslayable obtener dividendos de naturaleza política. Trataríase,al parecer, de acrecentar un capital político que decrece a toda prisa. ¿Por qué obsérvase insoslayable el móvil de los personeros panistas del poder político del Estado mexicano? Porque hasta ahora, ninguno de ellos, desde el Presidente de facto hasta el último de los partiquinos y cofrades blanquiazules insertados en la alta y mediana burocracias gubernamentales, estatales, ha dado muestra de preocuparse por los gobernados.
   A ello débese, presumiríase, esa reacción rápida del mismísimo titular del Poder Ejecutivo y sus secretarios civiles y militares (que incluye a los de la Marina de Guerra) de despacho, muchos de ellos actuantes bajo premisas y silogismos de una ideología que desprivilegia el laicismo en el ejercicio del poder político. El potencial de grandes ganancias políticas es tentador.
 
II CIERTO. DON FELIPE  podría emerger como el providencial salvador de los mexicanos, al rescatarlos y liberarlos de las zarpas monstruosas de una peste que, en rigor científico y técnico, no se ha declarado aún, pese a que ha habido más de 150 muertos en todo el país y no obstante que el poder político del Estado enfrenta con vacunas de declarada ineficacia.
   Sábese hoy que el virus sospechoso -el H1N1 apareció por primera vez hace nueve años en Vietnam y desde entonces a la fecha ha causado en el mundo un centenar de decesos, concluyéndose que el citado organismo vector es atacable, neutralizable y susceptible de morir mediante tratamiento adecuado y, sobre todo, oportuno. No hay motivo para psicosis e histeria.
   Pero la psicosis y la histeria de los personeros panistas del poder político del Estado está permeando a la sociedad. Ello nos lleva a la suspicacia acerca de un segundo móvil, adicional al potencial de lucro político y acrecentamiento inmoral de capital electoral, opuesto a toda ética propagandística y mediática con miras a los comicios del 5 de julio próximo. Con sus actitudes y conductas, los personeros calderonistas del poder político del Estado atizan las fogaratas de la psicosis colectiva, que es no otra cosa que una forma de perturbación mental caracterizada por las alternativas de de excitación y depresión del ánimo y, en general, de todas las actividades orgánicas; la psiquiatría social la aplica a las colectividades humanas.
   La histeria -o histerismo, más apropiadamente en lo semántico- es una patología mental crónica, caracterizada por una amplia gama de síntomas, principalmente funcionales, y a veces por ataques convulsivos. Es un estado pasajero de excitación nerviosa producido a consecuencia de una situación anómala; el brote epidémico atípico del H1N1 es una anomalía.

III LOS INDICIOS DE
epidemia atípica del virus H1N1 les parecieron a los personeros calderonistas del poder político del Estado como una oportunidad nada calva, caída providencialmente del cielo (o de las entrañas de ciertos laboratorios de armas bacteriológicas de Estados Unidos) para hacer proselitismo paraelectoral sin que lo parezca ni viole las leyes del ramo.
   Así, al señor Calderón se le puso milagrosamente en bandeja de plata el pretexto para hacer proselitismo preelectoral a favor de los candidatos de su
partido, el de Acción Nacional, muy desacreditados según los sondeos del sentir y el parecer de la ciudadanía realizados por los propios panistas, y
abrumados, con arreglo a esas mismas encuestas, por preferencias al PRI.
   Éstos, por cierto, tampoco gozan de buen crédito, pues al igual que los panistas, los del Revolucionario Institucional son abanderados sin propuestas para salirle al paso, desde la Cámara de Diputados, a las causales y efectos de la crisis económica, la cual se ha montado sobre el proceso corrosivo de la descomposición del poder político del Estado mexicano.
   Los candidatos de los demás partidos, abúndese en esta digresión, tampoco tienen propuestas para que la Cámara de Diputados, colegiada del Senado, actúe legislativamente para eliminar las causas de la crisis y la descomposición del poder político del Estado mexicano y revertir sus consecuencias. Muchos ni siquiera saben que vivimos en una crisis sin precedente.
   Por esas razones, la ciudadanía está irritada -muy irritada, cabría decir con mayor precisión porque el señor Calderón no sólo no ha cumplido (ni cumplirá) las promesas de campaña de crear empleos, eliminar los pagos de tenencias de automóviles, ampliar la seguridad social y aumentar la seguridad pública, combatir la corrupción rampante, etcétera.
   La ciudadanía está muy irritada también por la zozobra y crispación a la que la han llevado los cruzados medievales del Espuriato. Zozobra y crispación son enunciados de terror subyacente que inhibe incluso la vida societal y política y tiende a incidir en la cultura. Las patrullas militares en las calles inspiran temor y sus acciones contra la población civil mueven a terror.Pero la estrategia y las tácticas del Calderonato contra el H1N1 ponen al descubierto varios hoyos negros del sistema económico y político prevaleciente: la desatención médica y medicinal: 27 millones, 16 mil 712 trabajadores, más sus familiares -unos 60 millones más- no cuentan con seguridad social. Pero don Felipe quiere salvarlos, como Carlos Salinas, de este chupacabras.

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www.faustofernandezponte.com

Glosario:
Cataclísmica: de cataclismo. Trastorno grande del globo terráqueo;por extensión cualquier otro tipo de trastorno grave. Gran trastorno en el orden social. Disgusto, contratiempo, suceso que altera la vida cotidiana.
Societal: relativo a la sociedad.
 


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