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Edición 211


 
¿Ha llegado la hora?

“No votemos para elegir diputados; crucemos las boletas con la frase “¡No más de lo mismo!”.Ese sería un mensaje poderoso para la clase política que no quiere cambiar el modelo”.
Miguelina  Alfonso Ochoa
 
I LA CARA LEYENTE Alfonso, cuyo sentir y parecer se consigna en el epígrafe de la entrega de hoy,  también escribe: “Para muchos mexicanos es más que evidente que ha llegado la hora de cambiar  la forma de organización no sólo económica de México (…), sino también la política e incluso nuestros hábitos sociales…
   “Es hora de cambiar todo lo que no ha funcionado para la mayoría de los mexicanos, aunque le haya funcionado a unos cuantos, sobre todo los políticos y los  que se aprovechan para su beneficio propio de la buena fe,  la ingenuidad y hasta la credulidad de los mexicanos…
   “Lo que no ha funcionado es todo, o casi todo; creo que en realidad nada ha funcionado desde que, como usted ha escrito, Miguel de la Madrid  se dejó convencer por Carlos Salinas de permitir sin consultarle al pueblo la imposición de los valores y paradigmas del neoliberalismo imperial estadunidense…
 
   “Por eso yo propongo que no nos abstengamos de votar el 5 de julio próximo, sino que votemos masivamente, pero, eso sí, pensando no en elegir a candidatos a diputados que son cabezas huecas y creen que nos engatusan con su propaganda  (…)  sino pensando en términos de un referéndum, que estamos refrendando o no…
   “¿Qué estoy proponiendo concretamente? Que crucemos las boletas con un “sí” o un “no” como sugiere el señor Ilán Semo,  diciéndole a la clase política a que no queremos que continúe causando estragos entre los mexicanos  y que, por tanto, no los vamos a elegir como supuestos representantes nuestros; ya estamos hartos”.
   Doña Miguelina -quien se abstiene de informarnos desde dónde y en qué medio difusor nos lee-  afirma: “Para los políticos mexicanos es más importante la difusión de videos denigratorios de sus opositores que ofrecer propuestas concretas a las varias crisis que, como usted dice, nos acogotan, nos tienen del gañote”.
 
II  ESCRIBE: “Los libros de (Carlos) Ahumada y (Roberto) Madrazo y las revelaciones de (Luís) Téllez y (Miguel) de la Madrid acerca del sexenio y postsexenio de Salinas, y, meses antes, de (Manuel) Bartlett, indican que los políticos no están con nosotros, que el Sistema Político no sirve a México (ni) a los mexicanos, sino sólo a ellos”.
   Señálese que por Sistema Político doña Miguelina se refiere,  pensaríase, al poder político del Estado mexicano que, insoslayable es,  ha caído en una vorágine de rampante e imparable descomposición general.  Los personeros de ese poder político son panistas, priístas, perredistas y “convergentes” mayoritariamente.
   Aclárese, antes de proseguir, acerca de lo que se entiende por poder político del Estado -cualquier Estado- según las teorías formuladas por los eruditos  de la experiencia histórica. El poder político es uno de los elementos constitutivos del Estado, más no el principal.
 
   El principal elemento constitutivo es -ya lo sabría el caro leyente- el pueblo.  Otros elementos constitutivos del Estado son, según nos lo recuerda el pensador Rodrigo Borja, el territorio y la soberanía;  ésta es, a no dudarlo, tan antigua como el pueblo mismo  y, no se diga, el poder político.
   Así, siendo el pueblo el elemento constitutivo principal del Estado, el poder político debe estar subordinado filosófica,  estructural e infraestructuralmente a aquél. Los personeros del poder político -es decir, los políticos y burócratas-  son servidores del pueblo y deben atender los intereses de éste.  
   Más en el caso de México no ocurre así; de hecho, no ha ocurrido así desde hace los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luís Echeverría, pero acusadamente y no sin dramatismo desde el del señor De la Madrid (1982-88), quien abrió las puertas a un nuevo modelo económico asaz antisocial,  el del neoliberalismo.
 
III ELLO EVIDENCIÓ, precisamente, la ausencia de correspondencia entre el poder político y el pueblo, aunque esas evidencias ya se manifestaban: fraudes electorales, dictadura (definida “perfecta” por Mario Vargas Llosa), autoritarismo, arbitrariedad, corrupción, abusos impunes y cínicos de poder y, sobre todo, simulación democrática.
   Pero ello no trascendía a la ciudadanía, pues guardábase en los cenáculos del poder político del Estado -cuyos personeros son denominados, en conjunto, “clase política” que, por cierto, es un concepto de origen fascista-,  sino hasta ahora. Son los propios personeros priístas de ese poder político del Estado los que exhiben su podredumbre.
   Las más devastadoras revelaciones -semióticamente, delaciones-  fueron las del exPresidente De la Madrid, quien acusó al señor Salinas de estar vinculado al narcotráfico y haberse robado la muy gruesa partida secreta que hasta 1988 el Poder Legislativo, priísta hasta entonces, le asignaba al titular del Ejecutivo en turno.
 
   Don Miguel, ya en vena de expiación pública, dijo a Carmen Aristegui que el poder político del Estado -el “sistema”- se nutre de la impunidad y el cinismo, éste vástago de aquella. Así ha sido desde Venustiano Carranza, cuyos epígonos “carranceaban” al erario, pero fue más notorio en el sexenio de Miguel Alemán (1946-52.)
 
   Al señor De la Madrid se le obligó, presumiblemente por don Carlos, a retractarse, declarándose demente públicamente y no sin humillación.  Empero, prevalece en la psique colectiva su aserto acerca del señor Salinas.  Los mexicanos somos testigos de la descomposición del poder político del Estado.  ¿Es ya hora de fundar uno nuevo? Sí.
Pero, ¿es la vía  comicial el camino para hacerle llegar al poder político nuestro sentir y parecer y cambiar al  Sistema Político como requisito indispensable para un cambio del modelo económico?  Es muy probable que el poder político ignore y hasta desestime lo que piensa la ciudadanía.  La vía comicial es sçolo uno entre tantos vehículos.

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Glosario:
“Carranceaban”: conjugación en tercera persona del plural de un verbo en el lenguaje vulgar y popular  “carrancear”,  de uso muy extendido en México durante  el tiempo que Carranza (1859-1920) fue Primer Jefe del Ejército Constitucionalista y Encargado de Poder Ejecutivo  (1913-15) y luego Presidente de la República (1915-20). Fue asesinado en 1920.
Epígonos:  vocablo plural. Hombre que sigue las huellas o el comportamiento o los logros de otro, de un estilo o una escuela de ideas o actos de un tercero,  de una generación anterior; seguidor, partidario, emulante de otro.
Semióticamente: de semiótica. Estudio de los signos de la vida social. Teoría general de los signos y significados de éstos.

 

Votar: ¿Vía ilusoria?

   “La impunidad de los viejos políticos está protegida por la corrupción de los actuales”.
                    Arnoldo Kraus

I ¿CÓMO ES QUE un partido político que se denomina a sí mismo Revolucionario y por añadidura Institucional  no es revolucionario, sino francamente contrarrevolucionario?”, pregunta la cara leyente  Celeste Vera Rícárdez.
Ítem más:  “¿Ante tal discrepancia que ofende mi inteligencia y de todo ciudadano consciente del terrible entorno sociopolítico/económico que nos ahorca podría confiar en candidatos postulados por un partido político con esas incongruencias?”.
   Y más aÚn: “¿Cómo podría uno votar por un candidato de ese partido político que ni siquiera reconoce que  hay una crisis muy profunda que pone en riesgo enorme la viabilidad misma de México y no nos presenta propuestas para superarla o atenuarla?”.
Ella misma -la leyente- se responde: “En esa incongruencia está  la esencia misma de la simulación democrática del sistema político mexicano, hoy en pleno proceso, como usted bien dice, de imparable descomposición”.
   Subraya: “Yo no votaría y definitivamente no voy a votar por alguien que quiere mi voto no para yo lo envíe a la Cámara de Diputados dizque a representarme y luchar por mis intereses, sino para beneficiarse él o su partido político”.
   Elucida: “Yo no le daría mi voto a alguien así, que me pide ese voto bajo premisas falsas, bajo engaños, bajo promesas que él sabe que no tiene la intención de cumplir y que por ello nunca va a cumplirlas; para mí, eso es criminal; no somos pendejos”.
Por esas razones, argumenta la leyente, “me parece que la vía electoral para desasirnos  de los políticos y sus partidos que nos oprimen  es una vía  ilusoria.  El tinglado electoral jamás aceptaría alterar o modificar la forma de gobierno”.

II DOÑA CELESTE afirma que  “no es únicamente el PRI el que actúa así; todos los demás partidos políticos mexicanos mayores y menores lo hacen, pues aprendieron de aquél. Todo simulan.  Parece patología la incapacidad para hablar y actuar con  la verdad”.
   Escribe: “La descomposición  del sistema político corre pareja a la descomposición del sistema económico y también concuerdo con usted en el sentido de que  la descomposición se está dando en la propia sociedad mexicana”.
Subraya la leyente Vera   Ricárdez -quien informa leer éstos pergeños en algún periódico de Internet que no identifica- que  “hay ya, inclusive, una cultura de la descomposición muy preocupante del sistema político, económico y social de México”.
   El sentir de doña Celeste parecería reflejar,  temeríase, el de no pocos mexicanos con conciencia clara de que el sistema político, económico y social ha accedido a una fase de disfuncionalidad rampante y, ergo, peligrosísima.
   Esa muy peligrosa disfuncional, empero, no parece haber sido advertida por ninguno de los personeros del poder político del Estado mexicano ni de aquellos que aspiran, mediante comicios  amañados, incorporarse a dicha élite de poderdatarios.
   Citemos al  epigrafista Kraus, eminente médico  y lúcido esritor y ensayista mexicano: quien, a su vez, abreva en Manuel-Reyes Mate, el filósofo español  dedicado a pesquisar la dimensión política de la razón.  El hombre es responsable de sí mismo, dice aquél.
Y don Manuel-Reyes, en su turno,  redondea la idea: La responsabilidad hacia los humanos debe nacer de los hombres mismos. El concepto es acusadamente moral, sin duda, pero también es político dada la naturaleza de animal político del hombre.

III EN EL CASO de los gobiernos -escribe don Arnoldo-  no  debe haber espacio para la irresponsabilidad. Los políticos, señala, “conocen el significado de las obligaciones que les convienen”.  Que les convienen en lo personal o en lo faccioso, añadiríase.
   La misiva de la leyente Vera  Ricárdez acerca del PRI y los demás partidos políticos y sus candidatos  tiene un telón de fondo de nítida y fina resolución:   el debate corriente, público y privado,  acerca de las vías para salirle al paso a la crisis y superarla.
   Ese debate, empero, no ocurre salvo notorias excepciones en los medios de difusión masiva propiedad de la oligarquía y sus afines -televisivos e impresos-,  sino en los entornos académicos, sociables y familiares, más no entre los políticos.
De esos debates  parecen emerger ciertas certidumbres y convicciones:
   Una, la de que no basta sólo con cambiar los personeros del poder político del Estado mexicano mediante la renovación electoral, sino que es necesario modificar al sistema o, de plano, crear otro nuevo.  Un nuevo modelo político, otra forma de economía.
   Y, otra,  la de que no basta sólo con votar porque  las elecciones del 5 de julio han sido convocadas por el poder político en nombre del pueblo para recambiar  personeros, no para cambiar el ya inviable modelo político/económico actual por uno nuevo.
El aparato electoral del poder político del Estado -IFE y tribunal electoral- no estaría obligado a acatar el deseo de cambiar el modelo rebasado y obsoleto  por uno nuevo, que la ciudadanía le diere a la elección.   Habría que buscar y hallar otras vías.
   Sí, pero, ¿cuáles serían esas vías?  ¿La que abandera Andrés Manuel López Obrador? ¿La indígena zapatista? ¿O la del Ejército Popular Revolucionario y otras instancias  político-militares? ¿Huelgas  de  pagos de servicios e impuestos? ¿Boicoteos?
 

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www.faustofernandezponte.com

Glosario: 
Epigrafista: que escribe epígrafes o que es citado en éstos.
IFE: Instituto Federal Electoral.
Ítem:  del mismo modo; también. Aditamento, añadidura.
Kraus, Arnoldo (1951-): médico clínico y neumatólogo, humanista y escritor; autor de los libros  “La bioética” y “Morir antes de tiempo: el tiempo Alzheimer”;  fundador del Colegio de Bioética, A. C., profesor de postgrado  en la Facultad de Medicina de la UNAM, cirujano en varios hospitales; ejerce práctica privada.. 
Mate, Manuel-Reyes (1942-)  Filósofo nacido en  Pedrajas, Valladolid (España). Preconiza propuestas varias acerca de pensar en el idioma español e iniciativas orientadas a consolidar la comunidad cultural iberoamericana; autor de una docena de libros, siendo el más reciente  “Luces en la ciudad democrática: guía del buen ciudadano”; director de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía.
Oligarquía: pequeño grupo de dueños, usufructuarios  u operadores de capital y medios de producción que tienen sus inversiones en la banca, la industria y los servicios, lo que les permite influir en  las ramas más importantes de la economía  y en las decisiones de política económica. 



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