Ver Otros Artículos de Este Autor

Edición 250

{vozmestart}

POZA RICA 1970

Otra manera

de morir

3PARAPOZARICA

Diciembre de 1969: En Mazatlán, Sinaloa, la comitiva de prensa que acompaña al candidato presidencial del PRI, Luis Echeverría, es trasladada a las 7:00 al aeropuerto desde donde partiría hacia Los Mochis, para iniciar el itinerario de la gira electoral de norte a sur del estado. Uno de los grupos en que han sido divididos los reporteros es avisado de que tendrá que esperar, pues el avión que le fue asignado sufrió un desperfecto y había que esperar a que la refacción llegara de la Ciudad de México. Como la demora se prolonga, ese grupo es regresado al centro de prensa instalado en el puerto, con nueva cita para abordar a las 14:00. Otra vez en la sala de espera, se informa que el motor reparado tiene que probarse para evitar una contingencia en el vuelo. Tentativamente, el despegue se reprograma para las 18:00.

 

De nuevo en el centro de prensa, es denso y palpable el nerviosismo que sobrecoge a los periodistas rezagados. El que sepa rezar, que rece. Se escucha, sin embargo, el incesante tecleo en una máquina mecánica aporreada por un colega que, con un Delicados inapagable entre sus amarillentos dientes, de esa manera pretende aquietar sus agitadas neuronas. Es el entrañable poeta chiapaneco, Pepe Falconi, enviado especial de El Heraldo de México.

 

Tras echar enfurecido al cesto de la basura varias cuartillas que no le cuadraron, finalmente Pepe pide al técnico de la fotocopiadora dos copias de su texto. Una la entrega a su compañero de casa editorial, Jesús Kramsky, y la segunda a Abraham García Ibarra, enviado de El Día. Al terminar la lectura, el pálpito se enerva y los pelos se nos erizan. Es una nota luctuosa “embargada”, cuyo crédito queda en blanco en espera del eventual desenlace. Citada de memoria, la inesperada entrada de esa esquela decía: Hoy no puedo escribir. No puedo escribir que, en cumplimiento de su deber, esta noche murieron los queridos compañeros periodistas (número listado) en un accidente aéreo, en vuelo privado Mazatlán-Los Mochis… Para fortuna temporal, ya en tierras mochitecas pudimos festejar la ocurrencia falconiana. ¿Ocurrencia? No: Premonición

 

En cumplimiento de su deber

 

25 de enero de 1970: Esta mañana de presagioso norte veracruzano, en un cerro cercano a los suburbios de Poza Rica, se estrelló e incendió un avión en el que viajaba parte de la comitiva de prensa que cubre la campaña de Luis Echeverría. El piloto no pudo encontrar un hoyo en el cerrado nublado bajo para localizar la pista de aterrizaje. Murieron 14 periodistas, los miembros de la tripulación y un pasajero ocasional. Sólo sobrevive, en condiciones extremadamente críticas, el enviado de El Heraldo de México, Jesús Kramsky. Entre los colegas fallecidos, se encuentra José Falconi C.. En un matinal noticiario dominical televisivo se nombra a Abraham García Ibarra, incluido en la lista original de viajantes, tomada del control de logística del transporte aéreo. García Ibarra, sin embargo, por causas fortuitas, había sido reacomodado en un vuelo posterior, dato que no cotejó el enviado de Televisa.

 

Aquellos obreros de la tinta y de la lente  caídos en cumplimiento de su deber fueron: Adolfo Olmedo Luna (Ovaciones), Mario Rojas Cedeño, Hernán Porragas, José Ley Zárate y Lorenzo Hernández B. (El Sol de México); José Falconi C., Ismael Casasola T., Eduardo Quiroz G., y Rafael Moya R. (El Heraldo de México); Rubén Porras Ochoa (La Afición), Rodolfo Martínez M. y Jesús Figueroa B. (La Prensa), Jaime González H. (Excélsior) y Miguel de los Santos (Agencia Pimsa.) Si estamos al corriente, después de múltiples y dolorosas intervenciones quirúrgicas, a  Jesús Kramsky las calaveras le siguen pelando los dientes.

Ellos lo sabían. Nosotros lo sabemos. En este fascinante oficio nuestro, como en todos los oficios, todas las horas duelen. La última es la que mata, sus designios son inimaginables e  infinitos: 25 de enero, 40 años de otro día negro para el periodismo mexicano. Sin pesadumbre ya, pero con nostalgia, ¡Salud! amigos, ahí donde se encuentre el más allá. (ABRAHAM GARCÍA IBARRA)

{vozmeend}


Related Articles:


More articles by this author

Urge restaurar el Estado constitucionalUrge restaurar el Estado constitucional
  Urge restaurar el Estado constitucional Abraham García Ibarra SI LE QUITAMOS algunas...
Friedman sigue hospedado en Palacio NacionalFriedman sigue hospedado en Palacio Nacional
  Friedman sigue hospedado en Palacio Nacional Abraham García Ibarra   CONSTA, en los...