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Edición 346 | ||||
Escrito por Héctor Chavarría | ||||
Lunes, 06 de Junio de 2016 22:02 | ||||
LA HISTORIA DE LAS NAVAJAS SUIZAS comenzó como un acto de patriotismo. Karl Elsener, cuchillero suizo dedicado a la fabricación de equipamiento quirúrgico, consideraba una afrenta que las navajas del ejército de su país fuesen manufacturadas en Solingen, Alemania. Quizá Elsener intuyó también la oportunidad de un gran negocio.
Incluía, además de la cuchilla, un destornillador para el rifle, un abrelatas, y un sacabocados para perforar sillas de montar y arneses de cuero. Elsener confiaba en el éxito comercial de su diseño, pero se equivocó. Perdió dinero en su primer contrato con el ejército, empeñó sus ahorros y se quedó sólo en la Asociación de Cuchilleros que él mismo había fundado. Sólo la ayuda económica de algunos familiares le permitió evitar la quiebra.
Decidió desarrollar su diseño inicial hasta definir un nuevo artefacto que llamó la “Navaja del Oficial”. Era el año 1896, y el cuchillero suizo había sido capaz de fabricar una navaja más ligera, más versátil y más elegante. Esta vez, el éxito comercial fue inmediato.
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