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Edición 341 | ||||
Escrito por Enrique Pastor Cruz Carranza | ||||
Lunes, 25 de Enero de 2016 20:23 | ||||
ESTAMOS ARRANCANDO el 2016. En medio de una serie de hechos y acontecimientos que deberán ser definitorios en diferentes aspectos de nuestra vida nacional y dentro del entorno global donde somos parte inevitable, como actores y protagonistas.
México y su gobierno entran en la segunda etapa de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, que lograra regresar al PRI a Los Pinos, después de dos administraciones bajo las siglas del PAN, con la decepción nacional que significó el sexenio de un locuaz e irreverente improvisado, para estar al frente de la alternancia del 2000.
La historia reciente registra el encubrimiento a toda la corrupción que le intercedió y –posiblemente- los méritos para salir sin ningún problema de su propio sexenio. El 2006, significó la promiscua decadencia de un proyecto que se había diseñado para durar, mínimo hasta el 2030 por el poderos grupo Español de ligas profundas con el Partido Popular, “El Clan Mouriño”, quienes decidieron con toda antelación, la candidatura de Felipe Calderón Hinojosa, para preparar toda la estructura política jurídica y reformas requeridas, que dieran al malogrado Juan Camilo Mouriño la Presidencia de México y la tentación de instaurar la Tercera Monarquía, en un sistema clonado u “espejo” similar a España, bajo el pretexto de: “Un derecho histórico por conquista y coloniaje ibérico, para la gobernabilidad y la gracia de Dios”. Apuntalando al “elegido”
Las cosas salieron muy bien con esa colaboración –siempre fiel— del denominado PRIAN que sin restricciones ni el mínimo rubor, completaron “la elección” de Felipe Calderón Hinojosa el cual condecoró su pragmatismo a la ilegalidad, con su célebre culto al cinismo: “Haiga sido como haiga sido”. Con una gestión patética y sumido en las ocurrencias, la proclividad a una añeja adicción etílica sin precedentes y la declaración —negada hasta el ridículo— de una Guerra contra los carteles de la droga (enemigos de Joaquín El Chapo Guzmán Loera), lograron los panistas, completar el hartazgo en solamente dos sexenios, de lo que antagónicos y aliados del PRI habían conseguido en más de 70 años.
La “Segunda Alternancia” el 2012 se da con la candidatura del Priista Enrique Peña Nieto, después de un proceso no menos cuestionado en su ejercicio, pero si ninguna crisis post-electoral, cuando todos esperaban una copia del 2006 en las avenidas, aeropuertos y resistencia civil. Surgen a partir de la toma de posición de EPN grupos violentos denominados “Anarquistas” que actúan con evidente protección en el Distrito Federal y hasta se modifican aspectos legales, en la Asamblea del Distrito Federal dominada por el PRD, para atenuar el castigo a los actos vandálicos, y provocadores de una represión, que nunca cuajó.
Anatomía de un contubernio
Los dos primeros años, desde “Los Pinos”, la prioridad fueron las denominadas “Reformas Estructurales”, como parte de las exigencias de apertura de los sectores eléctrico y petroleros en manos del Estado y considerados de Seguridad Nacional. Se presume no se limitaron los esfuerzos para convencer y vencer todos las resistencias, hasta lograr la aprobación, en medio de algunos silencios ominosos como los de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el “oportuno” Infarto del aguerrido tabasqueño Andrés Manuel López Obrador a quien hasta logra reintegro Sin restricción se realizan los pactos correspondientes y se aplican las estrategias políticas en el Poder Legislativo para poder cristalizar el compromiso global para la Segunda Alternancia, cuando el PAN había fracasado con Vicente Fox y Calderón demostró que buscaba beneficiar en el procedimiento los intereses de la Comunidad Económica Europea y en especial a la corona española. El éxito en las reformas postergadas alertan el control político y se inician las acciones para evitar la consolidación del nuevo régimen. El peso de la responsabilidad
Después la fuga del multicitado Chapo, crean —mediáticamente—, una imagen de total fracaso en las cuestiones de seguridad y falta de respuesta a las obligaciones de seguridad. En las elecciones del 2015, donde se eligen un total de nueve gobernadores, la resistencia a modificar la inercia es colosal. Varios Ejecutivos presuntamente del PRI, desafían abiertamente toda sugerencia de “Los Pinos” y ante la intolerancia, se dan casos como el de Nuevo León, con un Candidato Independiente que derrota al PRIAN de Cesar Camacho y de Manlio Fabio Beltrones. Chantaje-extorsión
Hoy, hoy
Ya tienen su “bunker” en Puebla y trabajan en la misma dirección que hace 18 años, cuando formaron el célebre “Grupo San Ángel” para impulsar a Vicente Fox, siendo ahora el hiperactivo gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, el objeto del proyecto, con la finalidad de retornar al poder presidencial.
Perder el timón del proyecto político parece no estar en los planes del Ejecutivo Federal. Evidentemente muchas cosas están por verse, en este vital ciclo de control o quebranto del mismo en la ruta de la nación. Esperemos que la mezquindad no logre sus objetivos y seamos todos los mexicanos, los No olvidemos que un voto no ejercido es un vacío que las alquimias llenan de su inmundicia y fraude electoral. La verdadera batalla por nuestro destino está en las urnas. Es tiempo de definiciones como ciudadanos responsables, o simples espectadores imberbes del destino, propio de la indiferencia y mediocridad cívica. Nadie va a hacer lo que a nosotros nos corresponde.
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