Edición 223 |
La sociedad vista
como un producto
CARLOS PEÑA*
A ESTAS ALTURAS, ya todos sabemos que la televisión y todos los medios intentan venderte algo, algún producto hecho por alguna corporación o comerciante para que sacies tus necesidades, ya sea personales, o de tu negocio, lo que se te ocurra. De esta forma, los medios tienen un papel de informador, de informarte de todo lo que existe en el mercado, así como de hacerte comprar algo que tal vez no necesitas.
Eso ya lo sabemos, pero ¿tienen los medios otro papel aparte del de informador? Ayer leía sobre el modelo de propaganda de Chomsky y Herman, viendo a los medios privados como negocios interesados en la venta de un producto. El producto que venden los medios son los lectores o audiencias más que en la calidad de las noticias que muestran a la gente; los venden a los que se publicitan en sus espacios, a las corporaciones. Esta teoría argumenta que la gente comprando el periódico o viendo noticias, se convierten en el producto que es vendido a los negocios que compran un espacio publicitario; las noticias en sí mismas tienen únicamente un rol marginal como producto. Es decir, un lector o persona que busca ver noticias y atraído por esta noticia, es un producto que los medios venden a una compañía que paga en términos de espacio publicitario. Me pareció interesante la perspectiva. En esta definición, los medios no sólo son informadores, son vendedores de consumidores a algún “patrocinador”.
Pero entonces, yéndonos más alto, a otro nivel, si los medios no son los estrategas sino una herramienta más, ¿quién más puede estar interesado en que la sociedad tenga cierta reacción? ¿en tener como una varita mágica que le permita obtener el consentimiento de la sociedad representativa? Posteriormente pensé, desde el punto de vista de las emociones, las noticias hacen que la gente reaccione, hacen que se enoje, que llore, que tome decisiones, que juzgue, y no sólo las noticias, todo lo involucrado con los medios que intente provocarle una reacción a la sociedad en general. Entonces, si el producto es la sociedad, la cual alguien o algún grupo puede estar interesado en verla ya sea enojada, o triste, o motivada, o con miedo, para lograr algún fin, y los medios son la herramienta para lograr dichos cambios emocionales, dichas reacciones (ya ven que todo mundo andaba consternadísimo con el chupacabras, y con la influenza, o con Colosio), ¿quién puede estar interesado en tener a una sociedad triste, contenta, o séase emocional, que dé su consentimiento, o que reaccione y ponga manos a la obra, según las necesidades?
Este modelo de negocio, en donde la sociedad vista como un producto personalizado a las exigencias del cliente, de algún grupo de clientes, y en donde alguien se encarga de hacer los arreglos necesarios para que el cambio de emociones en la sociedad ocurra, se lleva a cabo por un consultor (por así decirlo) que se encarga de modelar el cambio en el estado de estos por medio de herramientas y pasos como el mediatizar un evento usando a los medios, señalando líderes u opinión pública, enemigos, todo con tal de que el producto (los televidentes, lectores, radioescuchas) generen la emoción deseada, y den éstos el consentimiento esperado a los líderes o personas interesadas en arrancar una respuesta de la sociedad, consta entonces de:
1.Radioescucha, Televidente, lector, Público, Sociedad, etc.(producto a vender, con diferentes sabores y emociones).
2.Consultor (vendedor), o modelador del producto, de las emociones y pensamientos de la sociedad, usando a los medios (herramienta) así como otro tipo de estrategias que ayuden a modelar a la sociedad y a la opinión pública.
3.Cliente (el que le compra), pudiendo ser gobernantes, o cualquier grupo de personas interesado en obtener una reacción de la sociedad para lograr o facilitar sus objetivos.
Quise entonces tratar de aplicar este modelo de “sociedad permisible del cambio” o sociedad como producto a los distintos sucesos que han ocurrido últimamente, o de los que se tienen recuerdo. Obvio que éstas son meras suposiciones, no estoy ahí metido y se requeriría mucha más investigación y no mera lógica basada en pocos datos para llegar a una conclusión de señalar culpables a ciencia cierta. Este modelo, con apoyo en la teoría de la propaganda de Chomsky y Herman, sólo pretende mostrar cómo la sociedad puede ser parte de un sistema de negocios bastante bien estructurado y visto como un producto. Por otra parte, no me atrevería a decir que las decisiones mayores son en base al dinero, tal vez hay algo más, como todo; tampoco diría que sea la razón, pero podría ser para explicar las cosas en base a este modelo. Nada más.
A ver, primero, la influenza
1. Pues el producto eran todos los escuincles con sus tapabocas mamas mortificadotas si su pollito mostraba el menor síntoma de gripa. La gente tuvo miedo, todos estaban como cucarachas metidos en sus casas por miedo a que les fuera a dar la tos del puerco. (Cabe hacer mención que esos días para mi fueron maravillosos: el parque vacío, las avenidas, no había tráfico…) El chiste es que todo mundo tenía miedo, la reacción buscada tal vez; muchos hablaron de que el gobierno no servía, que si los negocios “hacían negocio” de los tapabocas y gel antibacteriales que no sirven para nada.
2. Aquí, se me ocurrió hasta pensar que la organización mundial de la salud quería modelar la actitud de la sociedad mexicana para algo que le pudiera interesar a su cliente, o alguna corporación que quisiera vender más tapabocas. Algo. Sobre todo porque muchos decían ¿a ‑poco la organización de la salud va a andar haciendo teatro de la influenza? Se usó la tele, periódico, Internet, todo estaba en la tos del puerco.
3. Clientes, ¿Quién pudo pagar por ver a la gente toda asustada? Pudo ser el gobierno (que original soy, han de decir). Tal vez el gobierno necesitaba consentimiento del pueblo mexicano para usar los impuestos de éste en “su salud”. No dudo que se gastaron millones en campañas publicitarias contra la influenza y que la distracción estuvo bien sorprendente. También, se van a comprar millones de vacunas, lo que me hace pensar que el cliente pudieron ser también corporaciones grandes farmacéuticas, en conjunción con el gobierno y con la organización mundial de la salud. El chiste es que ya ni nos acordamos tanto de la influenza y ya nuestro dinero se está gastando y se está pagando a las farmacéuticas en espera de las famosas vacunas que ojala pronto lleguen por el bien de todos los televidentes. Ya hay letreros por todas partes de que si te lavas las manos no te mueres y de que hay que discriminar a los enfermos.
Luego, pues el 11 de septiembre. Naaaaa, ¡ya fue mucho!
1. Lo que recuerdo yo de ese día fue que hice una travesurota (creo que la más impactante para mis papás), me fui de viaje sin avisar y en condiciones de “a la aventura”, con amigas, sin dinero, llegué a la casa esa madrugada del 11 de septiembre y no me regañaron porque al despertar en la mañana estaba la 1ª torre en llamas y minutos después el 2º avión. Todo mundo estaba histérico, y eso que no vivimos en Estados Unidos. ¡Claro que los norteamericanos iban a dar su consentimiento para la guerra, para meterse de soldados!
2. Pues talvez el Bin Laden no era más que un vendedor. Tal vez le quería vender al pueblo del mundo el consentimiento de éste a hacer una guerra. Tal vez Bin Laden sólo fue una figurita construida para enfocar los miedos del pueblo gringo y permitir una guerra. La opinión pública fue modelada por los ataques a las torres, por la figura de al Qaeda, los cuales han sido satanizados a más no poder en los medios.
3. Cliente, EUA pudo haber pagado a Bin Laden o a alguna agencia para que se cambiara la opinión pública, la reacción del pueblo, con recursos proporcionados por éste (recaudación de impuestos). La gente estaba asustada, quería venganza sobre los pastores del pueblo de Irak. Otro cliente pudo haber sido la industria armamentista, pagaron a algún consultor-terrorista entrenados ideológicamente (como todas las ideologías que existen) para que este hiciera reaccionar al pueblo y así hubiese más producción de armas, más presupuesto, mas subsidio, el cual pagan los contribuidores, el pueblo asustado, o los reconstructores de Irak.
Lo de Colosio. Que si era uno, que si eran 3
Lo de los naaaarcos!
Conclusión
Bueno, no conclusión, puesto que no se intentó nada más que escribir algo sobre como los medios ya no producen para acaparar la atención para beneficio propio, sino como intermediarios, como herramientas para lograr un fin, el cuál es otorgado por un vendedor a un comprador, en forma de la sociedad vendida como producto, servicio que se puede pagar con los subsidios, los cuales vienen de los impuestos de la sociedad, o con otro tipo de fondos. En base a este modelo de la sociedad como producto se intentó demostrar el papel que tiende a tomar la sociedad frente a sucesos públicos, políticos, de seguridad, que los afecten, y por medio de los cuales se les intenta arrancar el consentimiento a través de inducir emociones fuertes que puedan facilitar una respuesta emocional. Los medios son en día una parte importante del sistema gobierno-gobernados; ya que son los que manipulan y una herramienta para administrar al pueblo, para el posible beneficio de alguien. Sean ciertas o falsas las respuestas a incógnitas aquí mostradas, una cosa es cierta, la sociedad es manipulable con ayuda de los medios y se pueden crear situaciones ficticias para lograrlo. Otra cuestión de este modelo es que presenta a la sociedad vista como un producto en algún momento ya que, al haber intereses económicos de por medio en donde se incluya a la sociedad como una de las variables, una faceta de ésta es la de ser una comodidad por la correlación que exista en el sistema económico y aún cuando no se pretenda intencionalmente obtener de ella alguna respuesta.
Referencias
http://www.ontheissues.org/Celeb/Noam_Chomsky_Drugs.htm
Wikipedia: propaganda model
Smith, V. (2004). Chomsky:Ideals and ideals. UK: Cambridge University Press. Pág. 200.
* Rebelión
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